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Manolita Espinosa
Manolita Espinosa

La Poesía casi completa de Manolita Espinosa

Por José López Martínez

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h

Se trata de un volumen de cerca de setecientas páginas, muy bien editado por Vitruvio, en el que Manolita Espinosa ha recogido los trece libros que tiene publicados, incluyendo, además, uno inédito que aparece bajo el título de Poemas de Juventud, una arraigada y espléndida metáfora del amor: “Te amo/  hasta la luz:/ allí donde tuvimos/ el canto más rezado./ Allí,/donde/ fui tú”. 

Porque esta gran poeta manchega, de Almagro, donde ha dirigido la Biblioteca Pública  y el Archivo Histórico Municipal durante muchos años, entiende la poesía desde la esencia cardinal de la memoria, ese fenómeno que hace posible que las vivencias nunca envejezcan en nuestra imaginación. Y al contrario de otros autores, ella no cree que en la poesía esté el pecado, la trasgresión, los bajos fondos de la vida., sino el propio renacimiento de las realidades interiores, de todo aquello que ensancha los horizontes del espíritu.

El prologuista de este volumen, Luis García Pérez, profesor, poeta y crítico literario, destaca en su amplio y exigente trabajo “que la poesía tiene mucho que ver con el corazón y sus alrededores. Si no se vuelca el sentimiento, la emoción y el deseo vehemente de aprehender la esencialidad y la belleza de las cosas, en el poema estaríamos equivocados”.  Una vibración clara y sonora del alma, como preconizaba Ángel Ganivet, es la poesía. Y en el caso que nos ocupa, la poesía de Manolita Espinosa, nacida de la fecundidad de su mundo interior, de todo lo que ha visto y vivido a la largo del camino de su vida. Se confirma en Temblor justo de un tiempo de amapolas, publicado en 1995: “Una palabra…,/ y mis manos tendrán/ la espiga eterna”.   Por cierto que este libro lleva un prólogo realmente interesante del académico Manuel Alvar.

Hemos de estar de acuerdo con  Gary  Zinder, premio Pulitzer de poesía y compañero de Allen Ginsberg, cuando nos recuerda que “la poesía y el lenguaje son mucho más complejos que cualquier sistema de transmisión tecnológica que hayamos inventado”, pues el vuelo de la expresión lírica, esto lo digo yo, suele alcanzar alturas que la palabra no puede igualar. Ya nos hablaba Gustavo Adolfo Bécquer de las  carencias del idioma, de cualquier idioma, para dar vida plena al mensaje del poeta, para reflejar, siquiera aproximadamente, los latidos del dolor o de la felicidad. De ahí que Manolita Espinosa, tan proclive a la armonía, consiga navegar por las aguas serenas de los mares del dolorido sentir de su automoribundia, palabra inventada por Ramón Gómez de la Serna para abordar su propia autobiografía: “los ríos que van a dar a la mar, que es el morir”, recordando nada menos que a Jorge Manrique.

Lo confirmaba Manuel Alvar en el mencionado prólogo de Temblor justo de un tiempo de amapolas: “Estos brevísimos poemas son la intensificación de todos los sentimientos, como si urgiera dar quintaesencias y no explanaciones”. Y en otro momento de ese prólogo, el ilustre académico ponía en valor, como ahora se dice, expresiones y juicios definitivos sobre la poesía de Manolita Espinosa: “Creo que pocas veces se habrá dicho tanto  en tan pocas palabras:  “¡Tomad! un puñado de tierra,/ y habréis tomado la voz de los siglos”. Porque  en la obra literaria y especialmente en la  poética somos hijos del tiempo, de todos los tiempos y, sobre todo,  de nuestra biografía. Manuel Alvar nos recuerda que la poesía de Manolita Espinosa no está construida  con versos amortecidos, sino con vivas y palpitantes presencias que nos hablan de un alma creadora, limpia y siempre joven.

El  volumen lleva un título de clara ascendencia juanrramoniana: Dialogo deseado y deseante. Un volumen que encierra toda una vida dedicada a la literatura, a la cultura en su sentido más trascendente. Muchas lecturas y reflexiones, y libros que nos hablan de todo aquello que nos acerca al amor, al entendimiento de los problemas interiores del ser humano. El mundo, las emociones,  todo aquello que la vida nos ofrece y que no siempre nos cumple. Conmovedora la página que la autora  dedica  A los ángeles de la amistad sonora, correspondiente a su libro Cartas al renacimiento de la palabra, cuyo comentario publiqué en EuroMundoGlobal en 2011: “Estáis en el gozo del almendro florecido. En el hueco del agua que cubre los cuerpos. En las manos del amor que miran al cielo. Estáis en el fuego sagrado de los pensamientos. En el viento desnudo de las voces que callan”.

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Más sobre Manolita Espinosa:

http://www.euromundoglobal.com/noticia/107746/Cultura/Don-Quijote-encuentra-a-los-Ninos.html

http://www.euromundoglobal.com/noticia/119747/Cultura/Almagro-homenajeo-a-Manolita-Espinosa.html

 

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