Los teléfonos inalámbricos ya  casi igualan en número, al teléfono fijo tradicional 

El teléfono funciona por medio de baterías recargables las cuales normalmente se cargan al dejarlo en su base cuando no se usa. Su inventor según los datos recogidos, fue Roberto Landell de Moura, un sacerdote brasileño; que en el año 1900, demostró públicamente un programa de radio de la voz humana.

Los teléfonos inalámbricos tal y cual los conocemos hoy en día, comenzaron a comercializarse a principios de la década de los cuarenta. Surgieron como respuesta a la necesidad de moverse libremente al realizar una llamada telefónica (ya sea para alcanzar documentos, traer objetos, llamar a otra persona) En un inicio los teléfonos inalámbricos, fácilmente confundidos con los primeros teléfonos móviles o celulares, eran de gran peso y tamaño y por lo general se adquirían en poca cantidad.

En España actualmente, hay más teléfonos móviles que habitantes desde 2006 y su llegada se produjo en 1976, con la puesta en servicio del "Teléfono automático en vehículos" (TAV) por la entonces Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE). Este sistema estaba limitado a Madrid y Barcelona, y sólo podía emplearse en vehículos.

Desde entonces, España se ha convertido en uno de los países de Europa en que la telefonía móvil tiene mayor grado de aceptación. Los teléfonos móviles son omnipresentes y, de hecho, desde el 31 de marzo de 2006, en España hay oficialmente más líneas de teléfono móvil que habitantes.

Esta misma situación se da prácticamente en todos los países de Europa y por ello, los mayores avances tecnológicos se han volcado de manera  preferente a los teléfonos móviles o celulares que actualmente con la llamada 4G, reúnen prestaciones que mayoritariamente, son utilizadas de manera integral por los usuarios más avanzados ya que disponen de conexión a internet, cámara de fotos y prácticamente, todas las posibilidades que ofrece un ordenador de sobremesa o una tablet de alta gama.

El teléfono inalámbrico es en todo caso, anterior al móvil o celular y bien podría afirmarse que éste, el celular, es la lógica consecuencia en la evolución tecnológica del inalámbrico si bien este último, viene incorporando desde hace años, tanta o igual tecnología que los celulares más avanzados ya que las compañías fabricantes han considerado el enorme potencial de mercado que significan los hogares y lugares de trabajo cubiertos de manera preferente por el teléfono de red fija instalado en un punto determinado del hogar o el negocio. Así de manera paralela, las empresas de telecomunicaciones han desarrollado teléfonos inalámbricos inteligentes de última generación que reúnen prácticamente, las mismas prestaciones que los móviles y celulares de 4G.

Dado que el inalámbrico está pensado de manera  principal, para conceder autonomía  y facilidades al usuario tanto en el hogar como en el trabajo, las empresas han diseñado modelos muy funcionales y ergonómicos con especial atención al tamaño que han conseguido reducir de manera considerable si tomamos con ejemplo las unidades comercializadas hace tan solo una década.

La principal ventaja de los inalámbricos aparte del reducido tamaño, es el diseño y funcionalidad al alcance de cualquier persona que con una mínima idea de sus posibilidades, puede sacarle gran partido y con lo cual,  el inalámbrico ha dejado de ser un “aparato inalcanzable” para personas mayores o niños ya que conjuga facilidad en su manejo con múltiples prestaciones tales como teclado fácil y cómodo, números de gran tamaño, pantalla súper iluminada, memoria, distintos tipos de alarmas y volúmenes de tonos, envío de SMS, acceso a internet, correo electrónico con sistema de aviso de nuevos e-mails, gran capacidad de almacenamiento de datos  y hasta 25 horas de autonomía y todo ello, con una excepcional calidad en la recepción y transmisión de la voz  y un radio de acción, que le permite, la cobertura total de todas las áreas de la casa y hasta 300 mts. en el exterior .

Las principales compañías del sector pronostican un descenso continuado en el número de aparatos de teléfono fijo convencional que en los próximos años demandarán los consumidores.