Cadalso fue uno de los escritores más originales e innovadores del tiempo que le tocó vivir y autor de célebres títulos en la literatura española como Cartas marruecas o Noches lúgubres. “¿Cómo es posible no amar a Cadalso?” escribió el relevante hispanista François López (1934 – 2010), ante la obra de este escritor.
“La buena poesía es la piedra de toque del buen gusto de una nación o siglo”, escribió precisamente Cadalso en sus Cartas Marruecas. La cita se recoge al comienzo de la introducción del libro por Miguel Ángel Lama.
Aragón fue el lugar en que Cadalso se inició a la obra poética, lugar de destierro por haber escrito Calendario manual y guía de forasteros de Chipre de 1778 y otros, sátira en la que revelaba los usos amorosos de la alta sociedad madrileña. Allí compuso la mayor parte de sus Ocios.
“Con Moratín comparte lecturas, como la edición de las Poesias de Garcilaso de 1765, modelos literarios de buena poesía y se inicia en el ejercicio de dos tipos de composiciones de raigambre clásica en los que destacó el autor de La Petimetra: la anacreóntica y la oda pindárica”, señala Lama.
“Con Cadalso se inicia la nueva escuela de la poesía española setecentista; con él comienza la época moderna de la poesía española aunque algunos han creído ver en Meléndez al gran iniciador de la misma”, añade el autor de la introducción.