Carmen Vaquero descubrió en los archivos de los condes de Cedillo a la dama toledana doña Guiomar Carrillo, primera amante del poeta Garcilaso de la Vega (Toledo, c. 1500 – Niza, 1536) y madre de Lorenzo, hijo de ambos, hecho que se mantuvo en secreto, pues el poeta estaba casado y tuvo otros hijos con Elena de Zúñiga, si bien educó a su hijo, pues como explicó la profesora Vaquero, los hijos extra matrimoniales eran educados por el padre en aquel tiempo.
Garcilaso de la Vega
El árbol genealógico de Garcilaso queda dibujado a partir de sus padres Sancha de Guzmán y Garcilaso de la Vega, comendador mayor, padre de Pedro Laso de la Vega y de Garcilaso de la Vega, padre de Lorenzo Suárez de Figueroa (recordemos que en el siglo XVI los apellidos podían diferir entre padres, hijos y hermanos). Carmen Vaquero, experta garcilasista, ha publicado toda la investigación llevada a cabo en este campo.
Por su parte Valle Vaquero Serrano (Toledo, 1949) ha novelado toda esta historia investigada por su hermana en el libro “El dulce fruto de la primavera. Garcilaso y Guiomar”. Actualmente prepara otra novela sobre la vida de Garcilaso y su esposa Elena de Zúñiga. La autora recrea los espacios y ceremoniales de la época del XVI, como la catedral, los jardines y los trazados de la ciudad de Toledo, lo que dota a la novela de una visión muy viva.
Pedro Laso de la Vega (fallecido en 1554) huyó del emperador Carlos V y se refugió en Portugal cuando terminó la guerra de los comuneros. Allí, viudo de María de Mendoza, contrajo matrimonio con Beatriz de Sá (1526 – 1530), mujer hermosa y dama de la emperatriz Isabel, quien influyó para que el Emperador perdonara a Pedro Laso y pudiera regresar a sus dominios toledanos. Esta mujer, Beatriz de Sá, oriunda de las Azores, inspiró algunos poemas de Garcilaso, poeta al que se le sitúa en la cima de Parnaso español. El vate está enterrado en Toledo.