Confirman despido para unos 4 mil empleados de Orizonia con el hundimiento del grupo

La primera consecuencia de la caída del grupo será el ERE ya confirmado para unos 4 mil empleados, que recién recibieron la noticia.

Desde el lunes, muchos trabajadores se habían  reunido frente a la sede de la compañía en Palma en espera de respuestas a partir de las reuniones que allí se mantenían, sin embargo tras informarse este martes que no se había renovado tampoco el pago de los 15 millones que se debían al BSP, la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) procedió a eliminarle al grupo la autorización para operar billetes, lo que ha terminado por asfixiar a los puntos de ventas minoristas de Orizonia.

Según fuentes sindicales, la empresa ratificó a los empleados que su plan final pasará por desmantelar y cerrar la mayor parte de sus activos y que los gestores de la sociedad, que el pasado viernes se había declarado en preconcurso de acreedores, intentan negociar ahora la venta de los segmentos que aún pueden resultar atractivos para  la competencia, como es el caso de la compañía aérea Orbest y las agencias minoristas de Vibo.

Con esa operación, que según algunas agencias se podría estar tramando justo a partir de tratos iniciados con Barceló y la propia Globalia, se conseguirían salvar entre 800 y mil empleos de una plantilla de casi 5 mil trabajadores, a los que ni siquiera se ha asegurado ahora el pago de la nómina del mes de febrero.

Para muchos de ellos, la culpa de esta estrepitosa caída está relacionada con una mala administración del grupo y con el que hecho de que, por el peso de su actual deuda y dificultades, Orizonia ha dejado de ser interesante para los fondos de inversión Carlyle Group, ICG Equity Fund y Vista Capital, que en 2006 compraron parte de las empresas que hoy la componen por 900 millones de euros.

En tanto que, para algunos directivos de la empresa, ha resultado fulminante la decisión de la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) de alargar el análisis de su posible integración en Globalia, lo que provocó que ésta última optara por no seguir aportando fondos en una operación que no veía como definida. Se fue complicando así la situación de Orizonia hasta llegar al estado de su total hundimiento.