El pintor italiano que viaja a España con frecuencia, es un gran aficionado al Flamenco, “un arte que es mucho más que cante y baile, es una filosofía de vida”, explica al tiempo que cita algunos cantaores amigos suyos.
Algunos de los dibujos a grafito, también llevados a grabados representan de modo libro el “Teatro Apolo”, cuna de las grandes representaciones de cante y baile en la historia de Madrid, recuerda Igor Borozan.
“Soy italiano de madre croata. Mis otros abuelos eran de Venecia”, aclara el autor.
El “abbozzo pittorico” es una de las fórmulas más antiguas en la pintura, a base de betún de Judea y pigmento negro, recuerda Borozan al tiempo que señala algunas de sus piezas con esta técnica. “Es el claroscuro de Caravaggio”, añade.
En su libro que lleva el título de “Abbozzo pittorico” recuerda que expuso en la llamada Fortaleza Española, en Malta, y de aquella estancia pintó la obra “Sol y sombra de Caravaggio”.
La camisa blanca es un elemento repetido por Igor Borozan en sus obras pictóricas. Un icono perfecto y querido por el autor. “Una prenda que está siempre cerca del cuerpo del hombre”, dice el artista, que la utiliza como objeto, no solo como modelo de reinterpretación, de instalación en algunas fachadas de los espacios donde expone.