Venezuela: el paraíso de la cirugía estética

No es oro todo lo que reluce... Venezuela, el país que presume de tener las mujeres más guapas del mundo, reconoce también que sus misses son "diamantes que hay que pulir".

Con la tasa de inflación más alta de América Latina y en medio de una profunda recesión, Venezuela está registrando un 'boom' en operaciones de estética.

Muchos venden lo poco que tienen por una operación que consideran "una inversión", no sólo en autoestima, sino también profesional y laboral.

Desde luego, con los dientes torcidos, la nariz como “pico de loro” o el cutis salpicado de acné no se llega ninguna parte en el mundo de la belleza y, últimamente, ni siquiera a conseguir un mediano empleo y esto (lo de tener “buena presencia”) en España es también –o comienza a ser- un requisito indispensable casi, para conseguir un buen trabajo; en Venezuela en cambio, constituye parte de la cultura general.

Miles de chicas y chicos, aspiran a tener la oportunidad de corregir o potenciar lo que la Naturaleza les dio pero como en todo, las operaciones de cirugía plástica de alto nivel están reservadas sólo para gente con mucho dinero. Un aumento de pechos por ejemplo, puede costar entre 4 y 5 mil euros e incluso más, dependiendo del mayor o menor prestigio del médico o la clínica que realice la operación.

Los costos que para las empresas que deciden patrocinar el “arreglo” de una potencial “miss” pueden llegar a los 50 mil dólares de inversión porque como mínimo, además del arreglo corporal, (que incluye corrección y alineamiento de dientes, quitar una o dos costillas para afinar la silueta, rinoplastia, aumento o disminución de pecho, alzamiento de glúteos, corrección de mentón o barbilla, corrección de la línea capilar de la frente, depilación completa del cuerpo, etc.) contempla además, clases de idiomas, protocolo, estudios generales de historia y actualidad internacional y todo esto, para evitar bochornos como el cometido por una aspirante a Miss Latinoamérica (española por cierto) que situó el descubrimiento de América en 1969 y otras lindezas por el estilo.

Las empresas patrocinadoras que invierten en una posible “Miss” en Venezuela lo hacen con el mismo criterio que aquellos que financian una escudería de F-1: esperan ganar y recuperar con creces lo invertido.

Esto genera que una legión de jovencitas, algunas de ellas realmente hermosas, acudan a algunas de las cientos de agencias de modelos que existen en todo el país y que no siempre tienen toda la seriedad y profesionalidad que dicen tener y se dan casos de chicas que llegan buscando una oportunidad para triunfar en el mundo de la belleza y acaban siendo “señoritas de compañía” –de alto nivel, eso sí-, pero con sus sueños frustrados.

Como dijera hace un tiempo una célebre y conocida ex “Mis Mundo”: “de haber sabido por todo lo que tenía que pasar, nunca hubiera salido de mi casa y dejado mi anterior empleo pero lo hecho, hecho está”.