La historia de Elvis, así a secas, ya que su figura, imagen y personalidad no necesita mayor presentación- es la más genuina comprobación de que el “sueño americano” (al menos para los norteamericanos) existe. Su popularidad a finales de los 50’s y comienzos de los 60’s era tan grande que se cuenta –entre las miles de anécdotas, historias y leyendas urbanas creadas alrededor de su figura-, que desde muchos países del mundo sus admiradores le enviaban cartas poniendo en el sobre simplemente: “Elvis – EE.UU.” y el servicio de correos –que disponía de una sección especial para manipular los dos millones de cartas que recibía el ídolo al mes-, hacía llegar sin problemas la carta a su destinatario.
Elvis, el mayor representante de la corriente musical (el Rock) que cambió definitivamente el curso de la música popular a partir de la segunda mitad del siglo XX nació en el seno de una familia blanca de escasos recursos en el sur profundo de los EE.UU. y desde los 15 años debió trabajar para ayudar al sustento familiar.
Dueño de una poderosa voz que le permitía alternar con pasmosa facilidad los registros de barítono, tenor e incluso bajo, dio a las canciones que interpretó un sello personal inigualable que unido a una expresión corporal de un fuerte trasfondo erótico le convirtieron en el mayor exponente del rock y le catapultaron a un estrellato que permanece hasta ahora, sin reemplazante desde que, en 1977, desapareciera para siempre víctima del consumo desmedido de fármacos.
La leyenda negra le atribuye una vida desordenada y excesos en alcohol, sexo y drogas. Lo cierto y real es que nada de esto es verdad. Elvis era profundamente religioso y fue abstemio toda su vida y rara veces fumó. Mucha gente ignoraba entonces (e ignora todavía), que Elvis desde niño, padeció una larga serie de enfermedades que ya en su etapa adulta y producto indudablemente, de su agitado tren de vida, no hicieron más que acrecentarse. Se sabe que padecía glaucoma, insomnio, colón irritable, era hipertenso y en los últimos años de su vida se vio afectado por un severo problema de metabolismo que le hacía engordar de manera incontrolada lo cual le forzó a un desmedido consumo de fármacos que a la postre le causaron una insuficiencia cardiaca que derivó en su muerte el 16 de agosto de 1977 a los 42 años.