“Si todos trabajaran como Uds. lo hacen…”

Dijo el presidente “Si todos trabajaran como vosotros, las cosas irían mejor” y es aquí donde comienza mi preocupación. Veamos: Un militar, cualquiera que sea su graduación o rango,  es una persona entrenada para ejecutar órdenes, sin cuestionarlas ni analizarlas; sólo debe cumplirlas. Esa es la columna vertebral del mundo militar y el que no cumple tal premisa, es apartado y/o eliminado por sus propios pares. Así ha sido desde siempre y es ésta la base que permite que una organización como el Ejército que es de todo, menos democrática (nunca podría serlo ya que ello conllevaría su desaparición), perviva y persista incólume, a pesar de todos los cambios y progresos que ha registrado la Humanidad en muchos siglos.

Un soldado está entrenado para obedecer sin rechistar y para matar si es preciso y sin que ello le cause preocupaciones morales, éticas o personales de ningún tipo ya que las órdenes son ejecutadas  por el principio elemental de la “obediencia debida”· y por la llamada “verticalidad del mando”. Entonces, es aquí donde las palabras del presidente -y quiero creer que fueron dichas  sin pensar-, cobran  especial significado. ¿Querría decir el presidente que sería preciso un “ejército” de obedientes burócratas ejecutando sin reparos ni tapujos éticos y/o morales todas aquellas medidas que el Ejecutivo (como máxima autoridad al mando) ordenase sin reparar en perjuicios o “daños colaterales”? y,  ¿atendiendo únicamente al criterio unilateral de un mando respaldado por una autoridad absoluta otorgada en su caso, por la mayoría conseguida en las urnas?

Peligrosa y torpe analogía creo, la señalada por el presidente que quizás sin pensarlo, ha pretendido poner en paralelo, dos formas de ejecutar  planes, órdenes y programas en circunstancias que un elemental y somero análisis de ambos ejercicios de poder,  pone de manifiesto que uno y otro se encuentran en las antípodas. El poder militar se ejerce sin reparos, consideraciones ni respeto; el político en cambio y más en un Estado de Derecho –y aunque le pese al señor Rajoy-, tiene que ejercerlo como un ciudadano civil y someterse a los controles y normas que fija el propio Estado de Derecho. No al revés.  Es así de simple.