Y USA abrió las puertas del infierno

La primavera árabe está dando sus frutos maduros en Egipto, con una guerra civil en ciernes. USA destapó todas las vías de aceleración de un conflicto siempre potencial al potenciar un cambio de una dictadura a una democracia apoyándose en sus hasta entonces enemigos, como ha hecho en Libia, en Túnez y en el Golfo o en Siria. Egipto es la lleve de la estabilidad de la zona, por lo que una vuelta de tuerca extra y se abren los infiernos con un Israel fuera de control, Siria en plena guerra civil, Irak invadido e Irán aislado y acorralado ante un inminente asalto a sus sistema energéticos.
Una vez más la inestabilidad es la solución buscada para las crisis económicas, y la sobreproducción armamentística promete un renovado esplendor a las economías preparadas para esa industria, Rusia, China y USA. Libia fue sólo el principio. A través de Benghasi entraron los miembros más extremistas armados a enfrentarse a Gadafi; ahora esos han vuelto para defender a Mursi y evitar que el control se les escape de las manos.
Mientras, estamos demasiado preocupados con nuestra economía para valorar todo esto.