El Gobierno no cambia ni una coma de su discurso: quiere analizar todas y cada una de las condiciones que dicte Bruselas antes de decidir si pedirá ayuda al fondo de rescate para acogerse al plan del Banco Central Europeo.
La vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, ha asegurado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que el equipo de Rajoy no sabe si se acabará acogiendo a este mecanismo.
"Estamos hablando de los intereses de un país y creo que es un momento en el que todos debemos ser muy prudentes. Son decisiones que debemos tomar teniendo en cuenta todos los aspectos", ha detallado la número dos del Ejecutivo.
Sus palabras coinciden con las de Mariano Rajoy, quien aseguró ayer que mirará con lupa los detalles que Europa exija a cambio de que el BCE compre deuda española en el mercado y se reduzcan los costes de financiación del Tesoro.
La postura del Partido Popular está siendo cuestionada por analistas, empresarios, partidos políticos y economistas, quienes apuntan que España debe acogerse, cuanto antes, a este mecanismo.
En este sentido, Sáenz de Santamaría ha vuelto a insistir: "tomaremos la decisión que creamos conveniente con rigor y prudencia, porque no es algo que se pueda hacer de la noche a la mañana".
En su intervención, la vicepresidenta también ha reconocido que parte de la prima de riesgo de España (que ronda los 410 puntos básicos, lejos de los 550 del pasado viernes) estaba acusando un sobrecoste por la posibilidad de una ruptura de la eurozona.
Pero que, tras el plan del BCE, ese miedo ha desaparecido. Por tanto, el riesgo España actual reflejaría de manera más fiel la situación real de la economía.
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