Hay veces que ciertas circunstancias nos conducen a un cambio. Pero el estar reinventándose con cierta frecuencia y sin estar esperando esas circunstancias ocasionales, nos llevará a ir reencantando nuestros días.
No hay nada más tedioso que llevar una vida plana. No se puede estar día tras día haciendo lo mismo, pensando en lo mismo, sufriendo por lo mismo, riendo por lo mismo.
Nuestro entorno, quierámoslo o no, es variable y dinámico. Quien ayer nos dio alegrías, hoy nos puede producir penas; y quien ayer nos hizo llorar, hoy nos puede hacer compartir sonrisas.
El mensaje es a no dejarnos marcar por los días ni por los años. El ser humano es cambiante y nosotros inmersos en esa vorágine también debemos tener la ductibilidad de permitirnos cambiar.
El escenario de la vida nos ubica día a día en diferentes roles; y ahí está la esencia, adaptarse a lo que nos va tocando vivir. No llorar por pasados felices, y no sufrir por futuros inciertos.
Si hoy podemos reír, hagámoslo con toda el alma; mañana podremos llorar por no haberlo hecho.
Creo que la vida día a día nos da oportunidades. El tan solo hecho de amanecer vivos… ya es una invitación a ser mejores… y más felices. Y a reencantarnos con el mundo.
Si (
No(
