Si estoy a salvo, no me alegra, porque pienso que las enfermedades, todas, las causamos nosotros, no es culpa del gobierno, no es culpa del empresario, del trabajador, ni del banquero o del religioso, es culpa de todos. Por esta razón, una noche de recuerdos tristes, pude escuchar una voz que dijo; hay fiesta en el planeta tierra.
- Pregunté: ¿”ué celebran
- Me respondieron: Cada vez que muere un ser humano, el planeta se alegra, si mueren muchos la alegría es mayor.
Se alegran los animales de las selvas, esos que llamamos salvajes y que están en peligro de extinción.
Se alegra la Antártida que la hemos convertido en una charca mal oliente.
Se alegran los peces de los océanos que cada día son menos, ya no quieren seguir alimentándose de plástico.
Se alegran las montañas que ya no escuchan las máquinas destrozadoras de los paisajes, con hombres que buscan como hienas hambrientas, cualquier mineral que se pueda vender.
Se alegra el aire, que ya no es gris, sino trasparente.
Se alegran los ríos que ahora pueden criar diversas variedades de peces y ranas.
Se alegran todos los que vivían en el planeta tierra y que nosotros ya exterminamos.
Yo también soy culpable. Por eso me da igual estar a salvo o estar confinado. Si muero mañana, por lo menos alegraré, en parte al planeta tierra.
Quiero pensar en los niños, que ajenos a mi complicidad en esta destrucción, me quieren, toman mi mano, me saludan y me miran sin saber que tienen un futuro incierto por culpa del comportamiento y la hipocresía de todos y la mía.
Si (
No(
