Después del acuerdo que alcanzaron las fuerzas política el 15 de noviembre para convocar en abril a un plebiscito para reformar la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), los diputados aprobaron el proyecto que habilita la consulta, por 127 votos a favor, 18 en contra y cinco abstenciones.
“Las manifestaciones no se van a detener; la derecha va a seguir provocando que haya más gente en las calles”, dijo la diputada del opositor Frente Amplio, Camila Rojas, tras rechazarse las disposiciones.
La derecha chilena se alineó para rechazar las tres indicaciones tras la amenaza del principal partido de gobierno, la Unión Demócrata Independiente (UDI), de rechazar por completo la reforma Constitucional para habilitar el plebiscito, uno de los caminos de salida para destrabar las manifestaciones callejeras, ampliamente apoyada por la gran mayoría de los chilenos, de acuerdo a varios sondeos.
La votación en el Congreso estuvo marcada por manifestaciones de grupos feministas, que exigieron la inclusión de la paridad. Una decena de mujeres irrumpió en las galerías de la sala y lanzó consignas de rechazo a los diputados.
El acuerdo para reformar la Constitución de Pinochet se aprobó tras intensas negociaciones entre los principales partidos de la oposición y la coalición del gobierno del derechista Sebastián Piñera, después de jornadas de extrema violencia en las calles de Chile.
El acuerdo, necesario para modificar la actual carta magna, que no permite llamar a plebiscito para estos fines, establece la realización de una consulta en el mes de abril del 2020 que resuelva dos preguntas: si se quiere o no una nueva Constitución y qué tipo de órgano debiera redactar esa nueva Constitución: una “comisión mixta constitucional” o una “convención constitucional” o Asamblea constituyente.
La reforma constitucional debe ser ahora revisada en el Senado.