Desde Mariano José de Larra a don Jacinto Benavente, pasando por Benito Pérez Galdós e incluso por Valle Inclán, no digamos José María Pemán y José María de Pereda, este trasvase se ha venido dando entre nuestros autores, no digamos en el caso de Hemingway y el de Vicente Blasco Ibáñez que lleva la fama de haber ganado más dinero como articulista que como famoso novelista.
Viene al caso mi libro sobre el tiempo humano y su gestión, en cuya redacción me hallo inmerso, que de vez en cuando del centro de su elaboración salgan disparados como estrellas fugaces llamaradas de algunos de sus temas tratados.
Y ahora viene al caso y a mi mente la realidad de cuando te sobra el tiempo, pero no del hecho de que nos sobre como una gracia de los dioses, sino como una maldición del averno.
He padecido desde muy joven la penosa experiencia de en determinados días del año “no saber qué hacer con el tiempo que parece interpelarme”·.
Tiene mala prensa el aburrirse, más aún el aburrirse de la propia vida. Por otro lado tenemos el precepto cristiano inculcado a machaca martillo de “no perder el tiempo”, ese tiempo tan valioso para nuestra salvación, sentimiento que en el calvinismo y protestantismo aún se agudiza más.
Si a esto se suma la escasez de tiempo de las amas de casa, de los padres de familia, de los agobiados por las prisas en la entrega de trabajos, de los alumnos para estudiar sus temas o terminar sus deberes asignados, el que alguien pronuncie las palabras de que el tiempo les sobra es como para matarles.
Pero es así, y precisamente la sobra de ese tiempo si es persistente puede llegar a producir desesperación.
Es la sensación en suma de no saber qué hacer porque nada de lo ofrecido a la vista “merece la pena”, o la concretización de aquel libro inquietante y maravilloso a la vez de Simone de Beauvoir y que se titulaba y sigue titulando “¿Para qué la acción?”…; y después vino el “mayo francés” y todos los demás mayos.
Créanme que es una de las situaciones más penosas y desesperantes que existen, y absurdas además pues no se puede explicar tan fácilmente a los demás.
En mi caso concreto me quedaba un recurso, lo que estoy haciendo, escribir sobre ella, sobre la penosa experiencia que muchos de nosotros habremos conocido de que te sobra el tiempo.
Si (
No(
