Sus ríos y arroyos, caudalosos y algunos de abundante pesca, riegan las tierras ribereñas conservando aún en algunos casos reliquias de la dominación árabe. Es un cuadro de naturaleza bella dentro de otro cuadro.
Muchos de sus pueblos, en los que persisten casas palacio, iglesias de piedra y construcciones con reminiscencias mudéjares y exhibición de blasones de los Reyes Católicos y del emperador Carlos V, han logrado mantener su arquitectura tradicional, por lo que han sido declarados Bienes Culturales.
Esta comarca, uno de los territorios más bellos y auténticos de Extremadura, donde el tiempo lo dan “dao”, como dicen sus habitantes para expresar un concepto distinto del tiempo, está comprendida por 20 municipios, una entidad local menor y una pedanía, diseminados por un territorio con algo más de cien mil hectáreas de extensión y con núcleos de población que no sobrepasan, en muchos casos, los mil habitantes por municipio, llegando a sumar entre todos 27.000 habitantes, aproximadamente.
Este conjunto de amplios valles y repliegues, con algunos picos de considerable altura, como La Bolla Grande, con sus 1.516 metros, o el Jálama, con sus 1.492 metros, son el escalón natural entre la altiplanicie salmantina y la llanura cacereña.
La abundancia de lluvias en la zona determina un clima mediterráneo subhúmedo que favorece un bello paisaje con extensas masas de roble melojo, mezclado con otras especies como la encina y el castaño y, en menor medida, el alcornoque, todo ello entremezclado con otras plantas abundantes, como las jaras y los madroños.
El cultivo del olivar ocupa unas 14.000 hectáreas de superficie (cuatro millones de árboles, aproximadamente), siendo la variedad predominante la manzanilla cacereña, que garantiza un aceite virgen extra de alta calidad.
Fauna
La Sierra de Gata representa uno de los refugios del lobo ibérico, dentro del Sistema Central, así como del lince o el gato montés, además de importantes enclaves del buitre negro en el Valle del Árrago y la presencia de la cigüeña negra y algún nido de águila real.
El cercano embalse de Borbollón es el punto de invernada y nidificación de gran número de aves, pero de las invernantes destaca muy por encima la grulla, que se congregan en una gran extensión alrededor del pantano.
Robledillo de Gata, Trevejo, San Martín de Trevejo o Acebo son algunos de los municipios que hemos tenido ocasión de visitar dentro de la amplia oferta turística que atesora esta zona, con castillos y palacios silenciosos y pintorescas casas de madera, pizarra y piedra que siguen conservando su originalidad.
Aldea de Trevejo
Es un lugar mágico donde su castillo, del siglo XII, de origen árabe, muy deteriorado por los franceses, que utilizaban como estrategia la destrucción antes de su retirada, contempla cómo sus escasos vecinos permanecen en esta pedanía y se resisten a la modernidad. Uno de ellos, Daniel González, regenta El buen avío, un bar con encanto y con su propio sello de correos que pone al alcance de los visitantes, además de las postales que se pueden dejar depositadas en el buzón que luce en su fachada.
Su arquitectura forma uno de los conjuntos históricos más bellos de la zona. Aquí podemos contemplar la belleza natural, casi virgen, que siglos atrás vieron musulmanes y cristianos.
Calzado y vino
Vecinos como Jesús López, un zapatero artesanal que dentro del municipio de Villamiel, trabaja con pieles de todo tipo y otros materiales naturales para la confección de diferentes productos de diseño propio, o Daniel González, que nos muestra su bodega familiar y artesanal, donde elabora un vino a base de uva piñuelo (parecida a la garnacha), de donde salen unos caldos aceptables, siguiendo la tradición de generación en generación, hacen que aún sigan perdurando y mejorando los productos representativos de la zona, aunque de forma minoritaria.
Rutas ecuestres
Caballos de pura raza española y de otras razas y mezclas, dóciles y bellos, nos permitirán hacer otro tipo de turismo para conocer la zona a través de las huellas de los antiguos caminos empedrados, cañadas y cordeles que recorren valles, laderas y lugares increíbles, donde la naturaleza se presenta casi en estado puro, mientras vamos desplazándonos a través de encinas, robles, alcornoques y monte bajo de perfume indeleble y una fauna de 200 especies de vertebrados de ahora y de siempre que permanecen.
La finca El Pocito, dentro de la Sierra de Gata, representa un lugar privilegiado para el cuidado de los caballos, con sus extensos prados y peculiar clima, que transmiten al visitante la relajación necesaria, solo o en familia, y una posada ecuestre donde reponer y descansar rodeado de tranquilidad y belleza.
Bajo la dirección de Rafael Alcocer, jinete profesional de doma clásica, disponen de doce caballos para desarrollar la actividad, donde prima el buen carácter, la docilidad y el fácil manejo de los animales.
Robledillo de Gata
Declarado Bien de Interés Cultural, con Categoría de Conjunto Histórico, con su iglesia del siglo XVI, esta localidad de calles angostas y empinadas, algunas de las cuales transcurren bajo pasadizos o casas voladas, que forman pequeños túneles, que producen un bonito efecto de luces y sombras, presume de una construcción de adobe, madera y pizarra, a lo que hay que sumar el encanto de la naturaleza y abundante agua que rodea a Robledillo, convirtiéndolo en un lugar único y uno de los destinos principales para los amantes de la historia y la naturaleza.
Museo Molino del Medio
Almazara de origen medieval, tan antigua como Robledillo de Gata (siglos XI-XII), funcionó hasta 1973. Tras su abandono y laboriosa restauración, reabrió sus puertas como Museo en 2004. Por ello, la Asociación Española de Municipios del Olivo le otorgó en 2007 el II Premio Nacional, por brindar al visitante la posibilidad de conocer una antigua almazara única en España.
Julio, al frente del proyecto, nos descubre los secretos de la elaboración del aceite artesanal, nos muestra y explica la maquinaria original, como lámparas romanas, candiles, recipientes con medidas tradicionales para el transporte y consumo del aceite y fotografías de los últimos años de funcionamiento.
Ruta en 4x4
Con inicio en Acebo, se va ascendiendo por la sierra de Jálama hasta alcanzar, en nuestro caso, los 1.200 metros de altitud, desde donde pudimos disfrutar y contemplar los espectaculares paisajes de verde y oro que luce la naturaleza, aunque en esta época es muy fácil encontrarse con una luz macilenta y neblina que le da más encanto pero que reduce la visibilidad.
También disponen de la posibilidad de organizar excursiones para personas de movilidad reducida, bajo la campaña Échate a soñar, que va ya por su cuarta edición.
San Martín de Trevejo
Este municipio, declarado Bien de Interés Cultural, atesora numerosos monumentos y conserva y defiende su propia lengua, A Fala. Aquí hemos tenido ocasión de ver en sus empinadas y céntricas calles un canalillo por donde el agua se desplaza interpretando su propia melodía mientras el tiempo ha parecido detenerse y callar para dar paso a las palabras en Fala.
Establecimientos como la Boiga du Viñu, regentada por Julián Martín, una bodega convertida en atractivo turístico a la par que permite disfrutar de muy buenos productos de chacina y vinos de la zona, nos hacen retrotraernos al pasado, sobre todo oyéndoles hablar falar.
Almazara As Pontis
As Pontis, mejor almazara de España 2017, comenzó su andadura a inicios de noviembre de 2008 con el objetivo claro de elaborar un aceite de oliva virgen extra cien por cien manzanilla cacereña de excelente calidad, respetando al máximo el medio ambiente.
Sus aceites, además de los recipientes habituales, los podemos encontrar en botellas de medio litro, y diferentes aromas y sabores, con los colores de la bandera extremeña (verde, blanco y negro), que son su buque insignia y que le han llevado a conseguir 192 premios internacionales en las últimas campañas y a desarrollar un incipiente óleo-turismo.
Gastronomía
En muchos casos los productos utilizados son minoritarios y procedentes de una agricultura de autoconsumo, lo cual potencia la riqueza gastronómica de la zona, que es amplia y de calidad, mucha de ella heredada de la tradición ganadera y agrícola, como sus quesos artesanos, fundamentalmente de cabra; la miel producida por las abejas a partir de flores como brezo, tomillo, roble o encina; los frutos otoñales de ahora, como las castañas, higos secos, nueces, membrillos y, fundamentalmente, las naranjas, con las que elaboran magnificas ensaladas combinadas con bacalao y el imprescindible aceite de oliva virgen extra.
Esta cocina, tan singular, como es lógico, recibe la “influencia” portuguesa, tan cercana, con el uso del bacalao desalado en todas sus variedades, sin olvidar su riqueza micológica, con productos silvestres como los que distribuye la empresa Julián Martín en Moraleja, que también está generando turismo más específico, y la carne de caza, la pesca y la matanza, que en su conjunto da arraigo y no dejan que pase al olvido los platos pastoriles, como la sopa de tomate, el gazpacho, las migas extremeñas o el esparragau de patata y berza, además de los pucheros típicos de judías o patatas con arroz y bacalao o la caldereta de cabrito o cordero, tan imprescindibles siempre, para ser rematado con postres típicos o enmendados con imaginación por los magníficos cocineros de la zona, como los de los restaurantes Hotel A Velha Fábrica, Restaurante Inocencio, El Lagar de Gata, El Duende del Chafaril, Hospedería Conventual Sierra de Gata o Casa Laura, con Fátima y su madre, Laura, al frente, que no solo cocinan bien sino que enamoran por su forma de ser
El jamón ibérico de wagyu
La empresa familiar ganadera Sierra de Monfragüe cría la exquisita vaca de wagyu, de origen nipón, como si de un cerdo ibérico se tratara: en la dehesa y con bellotas, además de las hierbas y pastos que produce la finca El Campete, con una extensión de 1.800 hectáreas, que se acoda en las laderas de la Sierra de Gata, muy próxima al embalse de Borbollón.
Tras el cruce de esos animales con otros de diferentes razas autóctonas, principalmente con la cachena gallega, y un largo proceso de investigación, esta empresa, que dirige Alfonso García Cobaleda, saca al mercado magníficos productos, que incluyen el chorizo, salchichón, panceta… y, fundamentalmente, la pata (jamón), de un sabor más suave que el jamón de cerdo de bellota, con un peso medio de 65 kilogramos y un precio también medio de 70 euros el kilo, y 120 euros si se compra loncheado.
A Fala
Este dialecto, patrimonio inmaterial declarado Bien de Interés Cultural, es – nos explican – un “idioma” propio, cruce de astur-galaico-portugués, que permanece vivo gracias al uso familiar, transmitido de generación en generación y que se habla en “os tres lugaris”: Eljas (As Ellas), donde se habla el lagarteiru, en San Martín (Sa Martín de Trevellu, el meñegu) y en Valverde (Valverdi du Fresno), el valverdeiru.
Este viaje, organizado por la Diputación Provincial de Cáceres, desde el Centro de Interpretación Comarcal Sierra de Gata, coordinado por el presidente de la Asociación de Periodistas y Escritores de Turismo de Extremadura (APETEX), Juan Pedro Plaza, y por María Jesús Nuevo, por parte del Parque Cultural Sierra de Gata, se organizó para una decena de periodistas de Turismo de diferentes puntos de España que darán a conocer no solo la oferta cultural, monumental y gastronómica del Parque Cultural Sierra de Gata, sino también aquellas novedades y proyectos turísticos que están teniendo relevancia de cara a un futuro próximo.
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