Pese a que el viaje desde la capital británica hasta Holanda se realiza sin transbordos, si se desea viajar en sentido contrario hay que cambiar de tren en Bruselas, para un chequeo de pasaportes y un control de seguridad.
Eurostar ha descrito esto como "una medida temporal" hasta que los gobiernos del Reino Unido y de Holanda lleguen a un acuerdo para permitir el control de seguridad en el punto de salida.
Se espera que esta medida entre en funcionamiento para finales del año que viene.
El directo ejecutivo de Eurostar, Mike Cooper, explicó que "Holanda está aumentando su popularidad como un enclave turístico y de negocios, por lo que el potencial de la nueva ruta es importante".
El operador de ferrocarril espera que esta nueva conexión entre ambas capitales pueda atraer parte de los viajeros que actualmente se desplazan a través de las rutas aéreas.