No hay duda que la Iglesia Católica es pura contradicción (o contradicción pura.... como se prefiera). A propósito de toda la polémica levantada en Chile a raíz del reciente viaje del papa a ese país y respecto del rechazo a la presencia del obispo Juan Barros en los actos oficiales, el papa (respaldando al acusado de proteger a los sacerdotes pederastas en Chile) cortó de manera abrupta las interrogantes periodísticas al respecto.
El 18 de enero, antes de la Misa que presidió en Iquique, el Papa dijo a los periodistas: “El día que me traigan una prueba contra el Obispo Barros, ahí voy a hablar. No hay una sola prueba en contra. Todo es calumnia ¿Está claro?”.
Entonces me surge una duda -no una preocupación puesto que no soy creyente- Si la Iglesia Católica basa toda su estructura en la FE y por tanto el Papa como máximo representante en la tierra de esta creencia tiene -por fuerza- que articular todo su ministerio en torno a la FE... ¿como es posible qué no use ese mismo principio para ESCUCHAR y ATENDER las demandas de un amplio sector de la sociedad chilena que no pide nada mas que eso?... ¡¡¡ es decir, que le crean o que al menos, le otorguen el beneficio de la duda…
¿Cómo puede exigir y demandar FE alguien que no está dispuesto a darla ni en mínima parte?... Ahora entiendo mejor la creciente desafección del pueblo chileno por esta organización que desde hace siglos trafica con la buena voluntad y creencias de la gente en beneficio propio y que no trepida en mentir, proteger y ocultar a sus propios criminales porque un pederasta es eso: UN SUCIO CRIMINAL y si encima lleva sotana, más sucio todavía...