En la oportunidad, destinada a evaluar el futuro laboral del continente, compartió algunas de sus opiniones políticas señalando que “No hay que elegir a los que les guste demasiado la plata, sino a los que sienten que los logros sociales son suyos, que creen en la política como una función de carácter colectivo”.
¿Cómo pueden los trabajadores y sus organizaciones abordar los nuevos desafíos del mundo y construir el futuro del trabajo que queremos?, fue una de las preguntas a la que respondió diciendo: “En el campo del trabajo el mundo va a vivir, creo, un futuro cataclismo. Las cifras publicadas son de terror: generar 600 millones de puestos de trabajo, con la expansión de la robótica, no es poca cosa”.
Luego agregó que “vendrán luchas, me parece inevitable, luchas globales por rentas básicas. Al final el propio capitalismo tendrá que reponer, porque los robots pueden sustituir el trabajo de los hombres, pero no compran, así que si no te dan trabajo te tendrán que dar para vivir, para consumir”.
“Ayer una señora me contó que le tomaba tres horas ir de su casa al trabajo y tres para volver; pará un poquito, es una condena, es de locos”.
“Cómo me la voy a agarrar con la gente, que no tiene tiempo para política, ni para otra cosa, si tiene que vivir para trabajar y comprar, en el fondo hay una batalla cultural (…) no tiene la culpa el individuo, tiene la culpa la civilización”.
“Las megalópolis no pueden ser otra cosa que sociedades para enfermar a la gente, el ser humano antropológicamente tiene una medida (…) podemos registrar 30, 40 afectos (…) las ciudades del renacimiento son pequeñas, las que dieron origen al sistema también”.
“Nos toca vivir trastocados de los valores, en la cultura de la publicidad”.
“La vida humana siempre quiere triunfar, aunque no tengamos muy claro qué es triunfar. Para muchos es ser ricos, tener plata”.
“No culpemos a la gente que quiere comprar muchas cosas. No te queda tiempo para ser feliz, para ser libre; antes que nada debemos ser gigantescos consumidores, y hay que consumir más, sino se para la rosca”.
“Hay una felicidad posible en este mundo”, dijo Mujica, argumentando que si no puedes cambiar el mundo, puedes cambiar tu conducta en el mundo, “ser feliz no cuesta tanto, que no te engañen”.
“Tener un mundo un poco más apacible es lo único que vale la pena, lo otro es diminuto en el universo”.
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