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Neoturismo: Visitar los cementerios del mundo (II)

El Cementerio de Greyfriars en Edimburgo

El Cementerio de Greyfriars en Edimburgo

Texto Oscar Gallardo Cruz - Fotos: Maite Moreno (www.maitemorenofotografa.com)

jueves 05 de mayo de 2016, 15:54h

06MAY-16.- Es el cementerio más céntrico de la ciudad, y también el más visitado. El Cementerio de Greyfriars en Edimburgo (Greyfriars Churchyard) es, además del lugar donde está enterrado el famoso perrito Bobby (*), una especie de parque donde es habitual ver a los edimburgueses tomando el sol.

El Cementerio de Greyfriars en Edimburgo
El Cementerio de Greyfriars en Edimburgo

Este cementerio, presidido por la Greyfriars Kirk, podría considerarse hasta bonito, y se asemeja casi más a un pequeño jardín inglés que a un camposanto… pero lo cierto es que el Cementerio Greyfriars esconde algunas de las leyendas más macabras de Edimburgo.

Aunque nada más entrar al cementerio Greyfriars lo primero que se encuentra es una lápida dedicada al perro Bobby, lo cierto es que esta no es la verdadera tumba de la mascota más querida de Edimburgo. En realidad, el animal se encuentra enterrado junto a uno de los muros exteriores del cementerio, pues las autoridades del momento nunca permitieron su entierro dentro por estar considerado terreno sagrado. Aún así, son muchos quienes acuden a visitar la falsa tumba y dejan flores y juguetes en honor a Bobby en la estatua dedicada al perrito, así como el pub que lleva su nombre, que se encuentra justo a la salida del cementerio Greyfriars, frente al Museo Nacional de Escocia.

Aparte del adorable Bobby, en el cementerio de Greyfriars habitan otros seres menos peludos y bastante poco cariñosos. Una de las leyendas más famosas es la de George Mackenzie, un abogado que a finales del XVII metió en prisión a más de un millar de Covenanters (**) en una zona muy cercana al Cementerio Greyfriars, la mayoría de estos prisioneros murieron torturados o debido a las malas condiciones en que se encontraban en la cárcel, lo que le granjeó a Mackenzie el apodo de Bloody Mackenzie (algo como Mackenzie el Sanguinario).

Cuando Mackenzie murió, fue enterrado en un mausoleo dentro del cementerio Greyfriars, pero varios siglos después, ya en los años 90, un vagabundo que trató de colarse en el mausoleo buscando un lugar donde dormir afirmó haber sufrido algún tipo de experiencia paranormal en el lugar, entonces, fueron muchos los que afirmaban haber “sentido” la presencia de Mackenzie al visitar el Cementerio Greyfriars, y es más: algunos aseguran que salieron de la tumba de Mackenzie, conocida desde entonces como Black Mausoleum (Mausoleo Negro) con magulladuras y cortes producidos no se sabe muy bien cómo.

Al parecer, a J.K. Rowling, autora de la saga de Harry Potter, le gustaba pasear por el Cementerio Greyfriars (¿sería por su cercanía a The Elephant House, el pub donde comenzó a escribir los primeros libros del famoso mago?). Aparte de pasear, Rowling debió de fijarse detenidamente en muchas de las tumbas, pues hay unos cuantos personajes en las novelas de Harry Potter que llevan apellidos de algunas de las personas enterradas en el cementerio. Si sois fans de Harry Potter, seguro que os resultará entretenido buscarlos cuando visitéis Greyfriars.

(*) Greyfriars Bobby fue un perro de la raza Skye Terrier que se hizo conocido en Edimburgo en el siglo XIX por permanecer junto a la tumba de su dueño, John Gray, hasta su muerte el 14 de enero de 1872. Un año más tarde, Lady Burdett Coutts hizo construir una estatua y una fuente en el lado sur del Puente George IV para homenajearlo.

Existen varios libros y películas que se basan en la vida de Bobby, incluyendo la novela Greyfriar's Bobby(1912) de Eleanor Atkinson y las películas Greyfriars Bobby (1961) y The Adventures of Greyfriars Bobby (2006).

En 2011 Jan Bondeson de la Universidad de Cardiff publicó una investigación sugiriendo que Bobby fue en realidad un reclamo publicitario de las empresas locales de la época victoriana para atraer al turismo. Según la investigación de Bondeson, Bobby era un perro callejero entrenado para permanecer en el cementerio.

(**)Los Covenanters o Covenants eran los integrantes de un movimiento religioso nacido en el seno del presbiterianismo en la historia de Escocia y, de manera menos influyente, en las de Inglaterra e Irlanda del siglo XVII. Su nombre deriva de la palabra escocesa covenant para «promesa solemne» o «documento legal». Hubo dos movimientos de covenanters importantes en la historia escocesa: la National Covenant y la Solemn League and Covenant.

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