Bárcenas&Cia
Según informaciones precisas de las que dispongo quien ha decidido los últimos movimientos kamikazes dentro del entorno del ex tesorero es su mujer Rosalía Iglesias a quien el juez Pablo Ruz también tiene en el punto de mira.
Fue ella quien decidió acudir al famoso e inevitable Ramírez para dar un paso más en la estrategia de acogotar al primer ministro y su entorno. Con el capo en Soto del Real no hay otra consigna que llevarse por delante al mayor número posible de víctimas. El problema para ellas es que parece ser que las ojivas nucleares están en activo.
Precisamente, Bárcenas lleva años, especialmente los últimos amenazando y su inquilinato en prisión le ha dicho claramente que ha iniciado un camino sin posibilidad de retorno. Por lo tanto, el ventilador a tope.
Pedro J.
El viejo periodista riojano dicen que está feliz. Desde luego está en su salsa. Persigue el objetivo de su vida (desde que el Watergate terminó con la vida política del hombre más poderoso del mundo): liquidar a un presidente del gobierno. Y de paso abrir la vía a posibles candidatos más afines a los que pueda remodelar a su antojo.
Yo no sé si ese objetivo que le falló con Adolfo Suárez, con Felipe González y con Rodríguez Zapatero se podrá cobrar ahora. Sólo sé que Rajoy es un tipo muy correoso como está demostrando en una tesitura tan criminal para sus intereses.
Limpieza
Pero se mire por donde se quiera en este asunto sólo hay una salida: barrer toda la podredumbre –en éste y en el resto de los partidos-, laminar a todo aquel que tenga una mácula en su currículo y dar paso a nombres limpios. No hay otro camino. En el PP hay una nueva generación emergente que se puede hacer cargo del poder sin demasiados riesgos. Lo mismo que en el PSOE, CIU o IU.
Esta es la cuestión. Corruptos hay en todos los países democráticos del mundo; pero en unos se cobran piezas y en otros no.
Lo imposible
Lo que realmente resulta una misión por completo imposible es que el PP y el presidente crean que simplemente con “resistir” las cosas se arreglan solas. En este supuesto, decididamente NO.
No puedo compartir y no comparto la actitud de enrocarse y no dar explicaciones en sede parlamentaria o en sede mediática. Porque al final se terminan por ofrezcer sí ó sí salvo que la gangrena galopante se lleve por delante hasta esa posibilidad.
Desde luego, no está siendo la presidencia precisamente un “chollo” para el presidente Rajoy. Si hubiera sabido el calvario que le esperaba le hubiera dicho en su momento no a José María Aznar, por cierto, un nombre al que nadie se explica no llame Ruz junto con aquel siempre sospechoso e inquietante Alvarez Cascos.
¡Qué calor!
Fuente: ElPlural.com – gracianopalomo | 15/07/2013
Graciano Palomo es periodista y escritor, director de FUNDALIA y editor de IBERCAMPUS
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