Qué con tus caricias, has secado los ríos de pena y tristeza…
Qué, en tu mirada, he viajado al profundo e infinito océano, y…
Qué, con tus besos, has provocado nuevos instintos cuando…
Qué, que has bañado mis días de nueva esperanza…
Qué, la alegría se torna perfecta, cuando la concede tu gracia.
¿Que pensarías si me perdiese en tu mirada y en ella,
buscara las llamas de fuegos que aviven mi alma?,
¿Y que resbalen mis sentimientos sobre tu espalda mojada y,
que te acaricie la ternura de la niña que te llena de calma?
Para que despiertes amor mío todos los días,
con una caricia de sol que te parezca divina y que,
la más mínima cosa, la hagas con energía poniendo
en ella lo mejor de tu vida, como yo pongo en mis versos, lo
mejor de la mía...