El caso de la cocaína en el aeropuerto de Barcelona

El 6 de noviembre pasado fueron sorprendidos alumnos y profesores por el aterrizaje de un Bombardier Challenger 604.
Al acercarse uno de ellos a preguntar quién era el propietario de la aeronave, una de las personas que descendían del avión les dijo que él solo era el copiloto. Este hombre que dijo ser el copiloto es Matías Miret, así lo dijo en las últimas horas, un testigo ante el juez en lo penal económico, Rafael Caputo, en el marco de la investigación para determinar dónde se cargaron los 944 kgs. de cocaína que se secuestraron en el aeropuerto El Prat de Barcelona el día dos del mes pasado.

En las declaraciones e indagatorias que hicieron el juez Caputo y su secretario a los alimnos e instructores de la escuela Fligth Center, todos reconocían a los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá, detenidos en España, pero un testigo llamó la atención al reconocer en las fotografías que se les mostraba a Miret.
En la aeronave viajaba también la esposa de Miret, que prestó declaración como testigo y explicó que los hermanos Juliá le pidieron a su esposo que hiciera de copiloto.
Los testigos también dijeron ver a otras personas que ahora se están tratando de identificar.
Cuando intentaron tomar fotos del interior del avión, se les negó el paso, aduciendo que se estaba trabajando en el piso y al indagarlos acerca de qué estaba haciendo el avión allí, les contestaban que estaba en arreglos de tapicería. Varios se sacaban fotos junto a la aeronave por la admiración a un aparato de alta gama.
Se cree que la justicia argentina está por confirmar el aeródromo como lugar de carga en donde la nave estuvo desde el día 6 de noviembre hasta el 30 de dicembre, que se dirigió a Ezeiza.