Se consideran cuadros que requieren de la intervención de un experto para poder ser subsanados. Es por esto que es importante valerse de toda la informacion acerca de la anorexia y bulimia que se pueda recabar, tanto para su tratamiento, como para su estudio o curación.
La Anorexia
La anorexia se origina en la mente, es decir, es una falta de apetito de origen psíquico, una enfermedad que hace desaparecer todo atisbo de apetito. Generalmente, este trastorno afecta a un apreciable número de niños y de adolescentes sin obesidad acusada, sólo con un discreto sobrepeso o con la ausencia de éste, simplemente al tratarse de un problema psicológico puede producirse sin motivo físico alguno.
Estudios realizados señalan que existe una notoria relación entre los síntomas y el funcionamiento interpersonal de los adolescentes anoréxicos, ya que éstos suelen aislarse o buscan la compañía de chicos más jóvenes.
Este cuadro clínico se caracteriza, asimismo, por los trastornos obsesivos-compulsivos que se relacionan o no con la comida. La restricción dietética conlleva a cambios biológicos y físicos importantes, donde destaca la aparición de signos como la amenorrea, intolerancia al frío e hipotensión, entre otros.
Los cambios que implica la anorexia también se atribuyen a la desnutrición, y es probable que puedan perpetuar las alteraciones conductuales.
Dentro de la anorexia cobra gran importancia la llamada anorexia nerviosa, que es el rechazo a mantener el peso corporal mínimo normal, miedo intenso a ganar peso o alteración significativa de la percepción de la forma o tamaño del cuerpo, y se presenta fundamentalmente en el sexo femenino.
Un componente relevante a tener en cuenta son los antecedentes familiares en mujeres con trastorno de la conducta alimentaria (o TCA), dado que varios estudios apuntan a que, aproximadamente, el 40% de la muestra se trataba de mujeres en cuyas familias había habido casos de dichos trastornos con anterioridad.
La Bulimia
Por otra parte, la bulimia es un trastorno de la conducta alimentaria que se diferencia en la existencia de episodios compulsivos de ingesta descontrolada (binge o atracón) y exagerada de alimentos (cuyo aporte calórico puede llegar hasta valores de 3.000 kcal a 10.000 kcal) en períodos muy cortos de tiempo. Todo esto, acompañado de una conducta tendente a eliminar los efectos de esta ingesta calórica a través de la auto-provocación del vómito, el uso de laxantes y diuréticos, las dietas restrictivas y el aumento de la actividad física.
Estos episodios de ingesta compulsiva no pueden prevenirse ni interrumpirse una vez iniciados y el paciente tiene la sensación de una pérdida total de control sobre ellos. Además, los vómitos auto-inducidos pueden o no ser parte del cuadro clínico de la bulimia.
Es una enfermedad que igualmente afecta fundamentalmente a adolescentes del sexo femenino, y es más frecuente que la anorexia nerviosa. El diagnóstico es en muchas ocasiones difícil de hallar porque se ocultan los síntomas y, si bien es una enfermedad que se inicia en la adolescencia, puede pasar desapercibida y ser descubierta después de muchos años.
Por lo general, las pacientes declaran estar pensando constantemente en la comida. Respecto a las grandes ingestas, niegan que se deban a hambre, sino más bien a una costumbre de ansiedad que no pueden dominar.
Suelen también confesar que su conducta les ocasiona gran malestar y vergüenza y tienden a tener síntomas depresivos como tristeza, irritabilidad, dificultad en la concentración e ideas suicidas. Por otra parte, casi siempre se trata de mujeres más impulsivas y más proclives a conductas adictivas.
Aunque en general, cualquier persona estamos expuestos a sufrirlo. Por eso, es muy importante seguir una dieta sana y equilibrada, realizar 5 ingestas de comida al día de forma controlada y racional, y practicar ejercicio diario, con el fin de evitar este tipo de trastornos al cual podemos llegar a veces inducidos por padecer depresión u otras patologías mentales.
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