Difundir el patrimonio cinematográfico en el artístico Cine Doré fue un acierto en su día, pues se trata de una sala que cuenta con más de cien años de historia, con una evolución al ritmo de los tiempos y momentos del siglo XX. El Cine Doré participó de los comienzos inciertos, cuando todavía no se sabía si el cine iba a perdurar como entretenimiento y arte al mismo tiempo.
En la presentación del volumen El Doré. El cine de los buenos programas, el ministro de cultura José Guirao cuenta como el Cine Doré “se publicitaba como el cine de los “buenos programas” y de flamante sala de estrenos, más tarde pasó a convertirse en una popular sala de reestrenos, la sala del barrio de Lavapiés, conocida como “el Palacio de las Pipas”. Cerró un tiempo y el local estuvo prácticamente en ruinas hasta que se rescató para convertirlo en la sede de la exhibición de la Filmoteca Nacional, conservando la fachada principal primigenia y adaptando el interior a las nuevas necesidades”.
El sumario del libro El Doré. El cine de los buenos programas acoge los capítulos: Llegar a la Filmoteca y encontrarte con el dore, por Miguel Marías; El Salón Doré: donde los sueños se hicieron realidad, por Josefina Martínez Álvarez; Cine (Salón) Dore. De barraca mejorada a réplica arquitectónica, por María José Rodríguez Pérez; Feduchi, una reforma posmoderna, por David Pallol; Salvar el Doré, por Antonio García Rayo; Oficios para un ritual, por Fernando Bernal; El Cine Doré, mi segunda casa, por Catherine Gautier, y Como aprendía a dejar de preocuparme y amar el Doré, por Carlos Reviriego.
A esta relación de temas, se unen los anexos: Programación de Cine Doré (1989 -2019), y Memoria fotográfica del Cine Doré