Síntomas tales como estornudos, afecciones respiratorias, signos de alarma en la piel y otros relacionados llevan a muchos a consulta médica, y se les termina recetando alguno de estos dos medicamentos. Pero, ¿sabemos realmente para qué sirven?
¿Para qué sirven loratadina y difenhidramina?
Loratadina está indicada para síntomas asociados a la rinitis alérgica, tales como secreción nasal, estornudos, urticaria crónica, prurito y otras afecciones dermatológicas de tipo alérgico. Es decir, es un antialérgico. En cambio, la difenhidramina es un antihistamínico bloqueante H1, antidiscinésico y sedante. Se utiliza en el tratamiento de la rinitis alérgica perenne y estacional, la conjuntivitis alérgica, las reacciones urticarianas por transfusión y la urticaria o angioedema.
La somnolencia es uno de los principales efectos adversos de la difenhidramina, y el comienzo de acción por la vía oral tiene lugar entre los 15 a 60 minutos. Su vida media es de 1 a 4 horas, y su acción dura de 6 a 8 horas.
El antihistamínico, tu mejor aliado con la alergia
Cuando se presentan las primeras alergias, sin duda la manera más eficaz de combatirlas es la medicación con antihistamínicos. Estos son los fármacos que más se recetan a la población en general, y los hay de distintos tipos. Y aunque se dispensan en la farmacia sin receta, lo cierto es que es más conveniente que sea un médico quien los prescriba, ya que este profesional es quien mejor sabe cuál es el medicamento más adecuado en cada caso.
Antes tan solo contábamos con los llamados antihistamínicos de primera generación, los cuales actúan directamente en el sistema nervioso central. Lo que ocurre es que provocan somnolencia y cansancio, por lo que durante el tratamiento no se debe conducir, por ejemplo.
Pero ahora tenemos también los antihistamínicos de segunda y tercera generación, más avanzados, que logran aplacar los síntomas de la alergia pero no actúan sobre el sistema nervioso tan profundamente. De manera que los efectos secundarios se reducen enormemente. Son conocidos también como antihistamínicos “no sedantes”, y se pueden tomar sin que apenas interfieran en nuestra vida.
Cetrizina es un antihistamínico de segunda generación que podemos encontrar en cualquier farmacia. También ebastina, que está indicada para la rinitis, la dermatitis y para urticarias alérgicas.
Tal como indicábamos antes existen también antihistamínicos de tercera generación, que son una evolución de los anteriores y que permiten reducir tanto las tomas como los posibles efectos secundarios. Entre estos podemos encontrar la loratadina, aunque también la hay como antihistamínico de segunda generación, y también la cetrizina y la fexofenadina.
No te automediques, consulta siempre con tu médico
En todo caso, y como resaltábamos antes, es fundamental consultar con un médico antes de comenzar a tomar cualquier fármaco, y no solo de este tipo sino de cualquier otro. Hay que tener en cuenta que pueden producirse incompatibilidades o contraindicaciones. También hay que conocer las dosis adecuadas en cada caso, y respetarlas.
Si (
No(
