Y para sacarle el mayor provecho a nuestro viaje, lo mejor que podemos hacer, antes de nada, es decidir qué hacer en Roma. El encanto de esta ciudad queda plasmado en los datos. Según las cifras oficiales, durante el año 2016 Italia recibió a alrededor de 55 millones de personas, de las que se calcula que la mitad visitó una de las ciudades de mayor interés histórico o artístico. Entre ellas se encuentra, sin duda, la capital: Roma.
Se trata de una ciudad que nos desvela patrimonio artístico a nuestro paso. Para poder organizar nuestro viaje, podemos elaborar una lista de lugares que no queremos perdernos y tratar de agruparlos por zonas. Para ello, es importante saber que la ciudad se distribuye por municipios (Municipio Roma I, Municipio Roma II, etc.) que colindan los unos con los otros.
El coliseo, el foro romano y el panteón de Agripa
En un recorrido de menos de dos kilómetros, podremos ver estas tres obras arquitectónicas emblemáticas. Suele ser habitual que en el coliseo nos encontremos con más visitantes, por lo que es aconsejable empezar visitando este monumento, para continuar posteriormente con los otros tres. En el panteón de Agripa, por ejemplo, podemos entrar directamente. Si vamos bien de tiempo, también podremos añadir otra parada en la ruta y ver la Columna Trajana o en la Piazza de San Marco. En esta se encuentran varios museos que podemos visitar. Continuando nuestro camino, encontraremos también la famosa Piazza Venezia. Finalmente, llegaremos al panteón de Agripa en el que podremos deleitarnos con su cúpula.
De la Fontana de Trevi a la Piazza Navona
Nuestro viaje puede continuar por uno de los lugares más fotografiados de la ciudad: la Fontana de Trevi. En él podremos también lanzar una moneda y pedir un deseo antes de continuar el paseo. En dirección a la Piazza Navona nos encontraremos con el Templo de Adriano o la Piazza Colona. Una vez lleguemos a la Piazza Navona, podremos disfrutar del ambiente bohemio que tanto la caracteriza.
La ciudad del Vaticano y las termas de Caracalla
Aunque no se encuentra lejos del centro, si queremos visitar el Vaticano tendremos, casi seguro, que predecir una importante cola de espera. Por lo tanto, esta visita nos quitará unas cuantas horas. Así que como mínimo, debemos contar con una mañana o con una tarde para visitarlo. Eso sí, merecerá la pena tener paciencia. En él no solo podremos gozar de una increíble belleza arquitectónica, sino también pictórica y escultórica. Si una vez terminada la visita todavía nos sentimos con fuerzas, podemos coger un autobús para llegar a las termas de Caracalla. Aunque quedan un poco más alejadas del propio centro de la ciudad, es una visita muy impactante. Imaginar a través de las piezas que quedan cómo eran dichas termas en la época romana es una sensación muy impactante.
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