La sombra de Bachelet

Una película, Stefan vs Kramer, en la que un imitador del mismo nombre y apellido ridiculiza la figura presidencial, se ha convertido en la cinta chilena más vista de la historia. Entre esos dos millones de espectadores que han visto la cinta en los últimos dos meses hay quienes consideran negativo el papel que viene cumpliendo el mandatario.

Su popularidad es hoy de solo el 22%, según la encuesta del Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERCER), que suele ser tomada en Santiago como palabra santa. El CERC ha confirmado algo que profundiza la amargura de Piñera y de una derecha que llegó en el 2010 al Gobierno por el voto y no las botas: un 59% de los entrevistados votaría por Michelle Bachelet en las elecciones de diciembre del 2013, si es que se presentara.

Movimiento estudiantil

Chile crecerá este 2012 un 5,1%. El paro es del 6,5%. Pero esos números parecen provocar indiferencia. El sondeo indica que un 89% de los chilenos apoya las protestas del movimiento estudiantil por una educación pública. El negocio de la enseñanza privada, diseñado por la dictadura de Augusto Pinochet, y del que forman parte personas cercanas al Gobierno, se ha convertido en símbolo de una desigualdad social que las generaciones de la democracia ya no toleran.

Los esfuerzos de Piñera -cuya fortuna personal es superior a los 1.300 millones de euros- por detener los efectos de este cambio de matriz cultural han fracasado. Hasta cuando se ríen de él, los chilenos se toman en serio la crítica a sus modos de hacer política. La película en la que Stefan Kramer imita al mandatario, a su excéntrico hermano, y a otras figuras, terminó siendo algo más que una comedia. Kramer copió todos los tics faciales y corporales de Piñera, y lo hace protagonista de un diálogo hilarante con el entrenador argentino del Athlétic de Bilbao, Marcelo Bielsa.

Pero, además, lo muestra en escenas turbias como la del secuestro del propio Kramer, que actúa de sí mismo. «¿Puedes escucharme?», se oye decir al falso Piñera. De repente, la cámara enfoca a un Kramer encapuchado y amordazado y a quien le invitan a renunciar a la película que está rodando. En momentos en que los chilenos ven a un presidente actuar de espaldas a la legalidad, el Gobierno real se ve salpicado por un escándalo de sobreprecios del 400% en la compra de equipos antidrogas.

Y todo esto ocurre a pocas semanas de las elecciones municipales. El CERC trae un solo dato que alivia las penas del mandatario: la Concertación Democrática (CD), que gobernó el país 20 años, no capitaliza el descontento de cara a la contienda del 28 de octubre. Solo Bachelet irrumpe con una fuerza capaz de poner en aprietos las aspiraciones de la derecha. La actual directora de ONU Mujer cuadruplica la intención de voto del actual ministro de Minería, Lawrence Golborne. «Estamos frente a un próximo terremoto bachelista», ha dicho el sociólogo Carlos Huneeus, director del CERC. Ella por ahora no ha confirmado si desea volver a gobernar. «Sí, si va Bachelet, votaré por ella», dijo Andrés Chadwick, hijo del primo de Piñera y uno de sus ministros más importantes. La confesión pública lo ha dejado perplejo. Y no era una broma.