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Retención de líquidos: ¿Por qué se produce?

Retención de líquidos: ¿Por qué se produce?
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h

(ABL) Aunque es más que sabido, que el agua es un elemento indispensable para la vida y representa casi el 75% del peso corporal, no nos cansaremos de repetir que éste es un elemento indispensable para la vida.

Tres cuartas partes del organismo está formado por agua. Su importancia es evidente y su distribución adecuada  dentro del cuerpo es signo de buena salud. Los espacios ocupados por el agua en el interior del organismo y en los que se distribuye de forma equilibrada son:
Espacio intracelular: interior de las células

Espacio intravascular: formando parte de la sangre, dentro de las arterias, venas y capilares.

Espacio intersticial: alrededor de células y tejidos.

 En estos lugares, al agua circula a través de las membranas semipermeables, que permiten su paso y otras sustancias, conocidas como solutos, reguladas éstas por  la  presión arterial y capilar, el contenido de sales minerales ( sobre todo, el sodio) y por la actividad de las hormonas , fundamentalmente las tiroideas y las sexuales.

¿Por qué se produce?

Cuando hay desequilibrio entre los elementos que regulan el paso del agua de un compartimento a otro, aparece la retención de líquidos. Esta  puede ser localizada, con la consiguiente formación de edemas, o generalizada, con aumento de peso y acumulación de agua en los tejidos.

¿Cómo combatirla?

Existen diferentes medios para hacerle frente,  pero cuando ésta se hace evidente, interfiere la salud y entra dentro de la patología. Las personas que la padecen deben acudir al médico, que analizará o no la existencia de enfermedad y pondrá los medios para estudiarla y tratarla.

Consejos:

Llevar una vida activa.

Realizar ejercicio físico adecuado a la edad y condición.

Comer una dieta pobre en sal.

Evitar ropa y calzado ajustados.

Realizar una dieta equilibrada con alimentos frescos y naturales.

Evitar las bebidas alcohólicas

Seguir una alimentación rica en frutas y verduras, pobres en grasas y con abundantes líquidos.

No automedicarse con diuréticos.

Ir al médico si aparecen edemas o aumenta de peso de manera brusca.

 Características de los alimentos de la dieta

Los alimentos depurativos son los que, por su composición y estructura favorecen el buen funcionamiento excretor del intestino y potencian la función limpiadora de los riñones.

Generalmente tienen en su composición una elevada cantidad de agua, aportan mucha fibra vegetal y contienen sustancias que favorecen el aumento de la diuresis. Los cereales integrales- por su contenido en fibra- los aceites vegetales- por su lubricación y función biliar-, las frutas frescas- por su contenido  en fibra, pigmentos y hortalizas- por sus virtudes diuréticas y arrastre intestinal., son claros ejemplos de alimentos depurativos eficaces para este tipo de dietas.

Los zumos de naranja, manzana y zanahoria, los platos de verduras y hortalizas hervidas a base de puerros, acelgas y espinacas y frutas frescas y enteras son componentes indispensables de estas dietas, por su bajo contenido calórico y su acción de arrastre y depuración.

La fibra vegetal

Junto con el agua, es el componente indispensable en la composición de estas dietas. Ejerce una función de secreción a través del tubo digestivo, mejora el peritalismo intestinal, disminuye la absorción del colesterol, equilibra la flora bacteriana del intestino e interviene tanto en la absorción como en la función del aparato digestivo.

El ejercicio físico

Es otra actividad necesaria para estimular los mecanismos de depuración del organismo. Practicar algún deporte, hacer gimnasia o realizar ejercicio físico estimulan el aparato cardiovascular y aumentan la sudoración.

El sudor producido en la piel para regular la temperatura corporal, además de agua arrastra al exterior cloruro sódico y diferentes toxinas. Y el aumento de la actividad cardíaca incrementa la cantidad de sangre que llega a los riñones y estimulan su función y su actividad depuradora.

Las causas que favorecen la retención de líquido:

Vida sedentaria

Aumento de la presión arterial y capilar

Aumento de la ingesta de sales en la dieta

 Trastornos circulatorios, sobre todo del retorno venoso

Trastornos hormonales (embarazo, menopausia, tiroides)

Ingesta de medicamentos (cortisona, antiinflamatorios, anticonceptivos)

Enfermedades renales, hepáticas o cardíacas.

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