"En nuestro país no hay lugar para sociedades paralelas, un islam político y tendencias radicales", advirtió el primer ministro austriaco, Sebastian Kurz, en una conferencia de prensa en Viena, destacó DPA.
El ministro del Interior, Herbert Kickl, dijo que actualmente se está investigando a 40 religiosos musulmanes bajo la sospecha de haber violado la prohibición de recibir financiación del exterior.
Los religiosos, indicó el ministro, pertenecen a la "Unión Turco-Islámica para Cooperación Cultural y Social en Austria" (ATIB, según las siglas en alemán).
Un portavoz de ATIB, Yasar Ersoy, confirmó en una entrevista de radio que su organización recibe dinero de Turquía debido a que en Austria no existen condiciones adecuadas para la fromación de imanes.
Sin embargo, Ersoy aseguró que las mezquitas de ATIB no son usadas para difundir mensajes políticos. El ministro del Interior austriaco informó que ya se ha decidido la expulsión de dos imanes.
Además, las autoridades austriacas tienen actualmente en la mira a 60 de los 260 imanes que hay en en el país. "Esto solo es el comienzo", dijo el vicecanciller Hein-Christian Strache, del partido ultraderechista FPÖ.
La decisión de expulsar a imanes y cerrar mezquitas se basa en la ley sobre el islam de 2015, que exige a los musulmanes una actitud positiva hacia el Estado y la sociedad austriacos.
El portavoz presidencial turco, Ibrahim Kalin, escribió en Twitter que la decisión austriaca es "un reflejo de la ola islamófoba, racista y discriminatoria" en el país alpino y una "violación de los principios legales universales".
A la vez, el periódico Hürriyet y otros medios turcos calificaron la decisión de "escandalosa". El Gobierno del canciller conservador Kurz es uno de los más críticos en Europa con el presidente de Turqía, Recep Tayip Erdogan.
En Austria viven unas 270.000 personas con raíces turcas. El ministro de Cultura, Gernot Blümel, que también está encargado de asuntos religiosos, anunció que en Viena se cerrará una mezquita sospechosa de estar bajo la influencia de la organización turca "
Lobos Grises", catalogada en Austria como un grupo extremista y fascista. También se disolverá la Comunidad Religiosa Árabe, que regenta seis mezquitas, con el argumento de que el representante de una de las mezquitas había formulado declaraciones salafistas.
El salafismo es una corriente islámica ultraortodoxa. En términos generales, el nuevo Gobierno austriaco, integrado por conservadores y ultraderechistas, pretende reforzar el control de las instituciones islámicas en el país.
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