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Opinión: “Desde Mi Despacho…”

Schopenhauer

Por José Manuel López García (*)

jueves 12 de abril de 2018, 01:19h

12ABR18.- Schopenhauer vivió entre 1788 y 1860. Se formó en el idealismo alemán y estudió con especial intensidad el idealismo trascendental kantiano y otros sistemas filosóficos. No le convencía la jerga de Hegel y otros grandes pensadores idealistas germanos de su época.

Schopenhauer

Y en sus libros filosóficos desarrolla de modo muy minucioso y meticuloso sus análisis, argumentaciones, reflexiones y conclusiones. Su libro más influyente es El mundo como voluntad y representación de más de mil páginas.

Para Schopenhauer el ser humano es la expresión o manifestación más perfecta de la voluntad. La motivación y el carácter de cada sujeto es la ecuación o combinación que explica, en parte, el comportamiento de cada persona. La filosofía de este pensador es una clara reacción contra el idealismo apriorístico. Se le puede considerar un pensador ateo.

En los planteamientos filosóficos de sabio alemán se manifiesta la intención de poner en valor tanto el materialismo como el método experimental. Es una forma de reconocimiento también de la justificación y validez de los procedimientos positivistas.

Según Schopenhauer la Filosofía consiste en conocer la esencia verdadera del mundo y el método efectivo para alcanzar este conocimiento que es la metafísica misma, en realidad, es la experiencia tanto interna como externa. La voluntad es inconsciente y consciente, según los casos y las circunstancias, para este filósofo alemán.

Para él la vida de cada ser humano es una cadena continua de sufrimientos realizada a través de la volición y el deseo, que son los dos principios fundamentales que mueven e impulsan a los hombres y mujeres en la realidad vital. El esfuerzo enérgico y constante sirve para acrecentar la vida.

La filosofía de Schopenhauer es claramente pesimista, ya que está convencido de que vivimos en el peor de los mundos posibles. Algo radicalmente contrario a lo que pensaba y argumentaba Leibniz que afirmaba que existimos en el mejor mundo posible. Una de sus obras más esenciales es su tesis doctoral de 1813 titulada Sobre la cuádruple raíz del principio de razón suficiente. En ella escribe que «La importancia del principio de razón suficiente es grandísima, porque se le puede considerar como el fundamento de todas las ciencias. Ciencia no es otra cosa que un sistema de conocimientos, es decir, un todo de conocimientos enlazados, en oposición a un mero agregado de ellos. Y ¿quién sino el principio de razón suficiente vincula los miembros de un sistema? Lo que distingue precisamente a una ciencia de un mero agregado es que sus conocimientos nacen unos de otros como de su propia razón».

A diferencia de Hegel para Schopenhauer la realidad es voluntad irracional. En relación con el espacio, el tiempo y la causalidad es evidente que son las formas a priori de la representación desde su perspectiva epistemológica.

El hombre, como representación, es solamente un fenómeno entre otros fenómenos, y está sometido a la ley general de los fenómenos mismos, que es la causalidad, en la forma específica que le es propia: la de .la motivación.

Pero, puesto que la realidad no se reduce por completo a la representación, que sólo es fenoménica, hay para el hombre otra posibilidad ligada a la esencia nouménica del mundo y de sí mismo.

El grado más bajo de la objetivación de la voluntad está constituido por las fuerzas generales de la naturaleza. En la contemplación estética, en cambio, la cadena de las necesidades se interrumpe porque el individuo mismo es, en cierto modo, anulado.

Todo arte es liberador, y lo es porque es la plasmación de la libertad individual y de la creatividad artística. Schopenhauer se opone tan resueltamente al panteísmo como al teísmo.

Sus libros más profundos y académicos muestran un virtuosismo en el manejo del lenguaje que causa admiración. La precisión y claridad conceptual de sus planteamientos es enorme. Además, es un filósofo minucioso que conoce todos los recovecos del alma humana y de los sistemas filosóficos y sus observaciones y valoraciones están muy bien fundamentadas.

Otra de las grandes virtudes intelectuales de Schopenhauer es que también escribió tratados en los que explica la variedad de las actitudes humanas y las diversas maneras de vivir y sus posibles consecuencias. Porque el arte de vivir puede ser sometido a análisis y reflexión. Su labor como escritor e investigador fue realmente enorme. Le interesó también conocer otras culturas como, por ejemplo, la propia del subcontinente indio.

(*) José Manuel López García es Doctor en Filosofía y Profesor

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