Durante una visita a Corea del Sur que se produce tras el viaje sorpresa del líder norcoreano, Kim Jong-un, a China, el enviado de Pekín se comprometió además a reforzar la coordinación con Seúl de cara a las históricas citas, que pueden ser clave para desactivar la tensión en torno al programa atómico del régimen de Pyongyang, informó Efe.
"Apoyamos totalmente las cumbres intercoreana y Corea del Norte-Estados Unidos y esperamos que se logren grandes avances a través de estos encuentros", dijo el secretario de Estado chino durante su reunión con la ministra de Asuntos Exteriores surcoreana, Kang Kyung-wha.
Yang mostró su satisfacción por el hecho de que en la víspera las dos Coreas acordaran la fecha de cumbre entre el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, para el próximo 27 de abril y se comprometió a seguir coordinándose estrechamente con Seúl.
Por su parte, Kang valoró positivamente el viaje que esta semana realizó Kim Jong-un a Pekín para reunirse con el presidente chino, Xi Jinping, según explica un comunicado remitido por el Ministerio de Exteriores surcoreano.
La ministra también consideró "muy significativo" que durante ese encuentro el mariscal norcoreano insistiera en que Pyongyang está comprometido con la desnuclearización de la península coreana, algo que el propio Kim ya transmitió a principios de mes a la delegación surcoreana que se reunió con él en la capital norcoreana.
Yang realizó a continuación una visita de cortesía al propio Moon Jae-in con el objetivo de detallar el contenido del viaje del líder norcoreano a Pekín, según indicó la Oficina presidencial surcoreana.
La visita de Kim a China ha sido el último de los grandes movimientos diplomáticos activados a raíz de la convocatoria de las dos históricas citas de abril y mayo, que han sacado del aislamiento al régimen norcoreano tras un 2017 marcado por sus pruebas de armas y sus cruces de amenazas con el propio Donald Trump.
La de abril será la primera cumbre intercoreana desde 2007, mientras que la de mayo entre Kim y Trump supondrá la primera vez en la historia en que mandatarios de Corea del Norte y Estados Unidos se reúnen tras siete décadas de confrontación y 25 años de negociaciones fallidas y tensiones en torno al programa nuclear norcoreano.
Por su parte, el régimen norcoreano informó por primera vez a sus ciudadanos de que su líder y Moon celebrarán un encuentro cara a cara.
Sin embargo, los medios estatales se abstuvieron de especificar la fecha del encuentro y el hecho de que éste celebrará en la militarizada frontera -concretamente en la franja sur de la demarcación, por lo que supondrá técnicamente la primera vez que un líder norcoreano pisa suelo sureño, que divide a los dos países.
Pese a que los aparatos de propaganda del régimen sí que desvelaron detalles de las anteriores cumbres de 2000 y 2007 en Pyongyang, Seúl quiso quitar peso a esta omisión y consideró que puede deberse a los estrictos protocolos de seguridad, que evitan informar sobre los movimientos del líder dentro del propio país.
A los reportes sobre la cumbre, se suma el especial de 40 minutos que la televisión estatal emitió el jueves sobre la visita de Kim a Pekín, en el que se mostraron imágenes de su reunión con Xi e incluso el interior del famoso tren blindado en el que viajan los líderes del régimen, algo poco habitual para los medios norcoreanos.
El viaje del joven líder, que se cree que tiene en torno a 34 años, ha supuesto su primer desplazamiento al exterior y su primera cumbre con un mandatario extranjero desde que llegó al poder tras la muerte de su padre, el exlíder Kim Jong-il, en 2011.
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