Con motivo de una reciente visita a Camerún de un grupo de periodistas españoles, en un viaje promovido por el Ministerio de Turismo de este país africano para conocer sus atractivos turísticos, fuimos invitados a acercarnos hasta Melong II para visitar la zona y poder ver el estado de las obras y recorrer sus dependencias, que se encuentran muy avanzadas. Durante la visita estuvimos acompañado por el embajador de Camerún en España, Timothée Tabapssi y por la principal promotora del proyecto, Rolande Martine Tiewessie.
El orfanato de 412 metros cuadrados se levanta en una finca de 5.000 metros, que donó, Rolande. El edificio empezará a utilizarse el 10 de este mes dando acogida a 32 niños, que recibirán cuidados y enseñanzas en régimen de pensión completa e internado.
ADEC, fue fundada en enero de 2011 por iniciativa de Rolande Martine Tiewessie, mujer camerunesa de 40 años que ingresó en el orfanato dirigido por las religiosas holandesas del Sagrado Corazón de Melong II, a los cuatro meses de su nacimiento. Su madre, enferma y, sin posibilidad de amamantarla, la dejó en el orfanato donde creció y se educó en él hasta los 23 años.
Las religiosas que regentaban el orfanato fueron envejeciendo, los recursos que recibían para su mantenimiento fueron disminuyendo y el orfanato fue languideciendo En 1997, doce niños del orfanato murieron por un brote de cólera y la tragedia forzó a que las puertas del orfanato quedaran definitivamente cerradas.
Después de algunos años y muchas vicisitudes Rolande fue madurando la idea de crear un orfanato nuevo. Creó ADEC y se comprometió, con ella misma y con su entorno, a ofrecer a los niños de Melong II la misma oportunidad que ella tuvo en su infancia y juventud: “Crecer, desarrollarse y ser educados, en su propio entorno, evitando la pobreza extrema y la falta de salud”
El orfanato lleva el nombre de “La casa de la oportunidad” y contará con comedor, sala multiusos, mini biblioteca y dormitorios.
Mientras se acaban las obras, la asociación viene atendiendo en un comedor solidario a 52 niños, que, una vez inaugurado el centro, se reducirán a 32, en régimen de internado.
Cantabria ha tenido un protagonismo especial en este proyecto, dado que su promotora viajó a ella en busca de ayudas. Las más decisivas llegaron del Gobierno de Cantabria entre los años de 21017 y 2018, con la concesión de 100.000 euros.
Pero, han sido otros ayuntamientos, como el de Santander, Astillero y Miengo los que han colaborado de una u otra forma. Su agradecimiento queda reflejado en un cartel situado a la entrada del recinto. La Unidad Pastoral de Miengo tiene la obra incluida en su proyecto misionero. El Ayuntamiento de Santander subvencionó la creación de un taller de costura para las mujeres. También han apoyado la Parroquia de San José Obrero, la de La Encina y la Asociación Amigos Generosos de Santander.
El restaurante santanderino de Luz ha acogido en sus instalaciones una cena solidaria cuya recaudación se va a destinar a la instalación eléctrica del inmueble.
Desde Cabezón de la Sal, igualmente, han llegado ayudas, ya que la Federación de Niños del Mundo, que preside Eloína Linares, envió un contenedor con ropa, productos de aseo y puertas y ventanas, que ya se han instalado.
Rolande tiene la intención de volver a Cantabria con el deseo y la esperanza de lograr nuevos apoyos que ayuden al mantenimiento del orfanato camerunes.
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