Desde finales de 2017 Sudán había presentado una infección en su pata derecha posterior y, pese a que respondió bien al tratamiento, recayó hace poco. Entonces, un equipo de veterinarios de Kenia, República Checa, Reino Unido y Sudáfrica, se había reunido para evaluar la situación y el animal había respondido bien al tratamiento. Hasta mediados de febrero había recuperado sus movimientos y sus hábitos de alimentación habían vuelto a ser los mismos.
Sin embargo, como advierte OL Pejeta Conservancy, el equipo encargado de su cuidado descubrió una segunda infección mucho más profunda que la anterior y, aunque el grupo de veterinarios ha estado trabajando durante 24 horas, la recuperación está tardando más de lo normal.
“Estamos muy preocupados por él. Es extremadamente viejo para ser un rinoceronte y no queremos que sufra innecesariamente”, asegura la organización. Ahora tiene 45 años, que equivalen a más de 90 en un humano.