Según explicó el científico, un litro diario de té aporta entre 15 y 20 miligramos de muy diversos antioxidantes que resultan esenciales para la salud, no obstante, matizó que el café, que debe tomarse con más mesura por su exceso de cafeína, a la que muchas personas son sensibles –insomnio, nerviosismo,…–, aporta menos antioxidantes, pero no por ello deja de ser una bebida recomendable. El té es la segunda y el café la tercera de las bebidas más consumidas en el mundo, por detrás del agua.
Toharia señaló que, en los últimos tiempos son innumerables las referencias a los “indudables” beneficios de las sustancias antioxidantes, que suelen ser presentadas como auténtica panacea a la mayor parte de los grandes males actuales, desde el cáncer hasta el envejecimiento.
“Los antioxidantes están de moda, sobre todo de cara al gran público gracias al eco obtenido en revistas, programas de radio y televisión e incluso periódicos serios, que se hacen lenguas de las bondades de estos productos químicos naturales que podrían ser considerados, al decir de muchos cronistas, una especie de panacea anti-enfermedad, anti-edad y anti-todo”, aclaró.
Concluyó indicando que si no tenemos una dieta correcta, equilibrada, muy rica en vegetales y más bien pobre –pero no ausente– en alimentos de origen animal, podemos tener un exceso de oxidación en el organismo y eso conduce a numerosos problemas de salud.