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Tener un barco es realmente tan caro como la gente cree?

Tener un barco es realmente tan caro como la gente cree?

miércoles 13 de diciembre de 2017, 17:19h

13DIC17 – MADRID.- En la sociedad actual existe la creencia de que un individuo que tiene en posesión un barco, por muy pequeño y antiguo que éste sea, debe disponer de una considerable liquidez económica para permitirse un lujo de estas características. Pero, ¿es cierto que adquirir y mantener una embarcación supone un estratosférico desembolso de dinero?

Uno de los primeros gastos que le surgen a aquel sujeto que pretende comprar y, posteriormente, manejar su propio barco consiste en obtener la correspondiente licencia de navegación. Para este aspecto hemos tomado como referencia los precios de la escuela nautica valencia que ofrece un curso completo en el que se incluyen dos horas de teoría, cuatro horas de práctica y la expedición del correspondiente título, todo ello por 120 euros.

Conviene destacar el hecho de que la mencionada licencia de navegación, anteriormente conocida como titulín, permite el manejo de barcos con una eslora máxima de seis metros, amén de motos de agua, debiendo ambas embarcaciones poseer un motor de potencia inferior al límite permitido: 55 cv. Ambas cifras son más que suficientes para comenzar a disfrutar de los parajes acuáticos presentes a lo largo de la costa española.

Tras la obtención de la autorización federativa llega el momento de proceder a la adquisición de la embarcación deseada. Ciertamente los precios de dicho mercado son verdaderamente elevados optando por unidades nuevas. Sin embargo, acudiendo a empresas que disponen de barcos de ocasión es posible adquirir oportunidades que no suponen un gran desembolso económico.

De hecho, barcas que incluso disponen de camarote para refugiarse en su interior están disponibles en negocios de este tipo y portales online de segunda mano por aproximadamente dos mil euros, una cifra fácilmente alcanzable para los bolsillos medios tras unos meses ahorrando.

Pero no es oro todo lo que reluce. Y es que un individuo que se decanta por dicha opción debe aceptar que la unidad en cuestión, tras haber estado muchos años en un medio agresivo como es el acuático, tarde o temprano acabará presentando problemas que deberán ser subsanados por medio de reparaciones, las cuales pueden llegar a ser bastante costosas.

Es por ello que muchos compradores basan sus búsquedas de barcos de ocasión en dos directrices, consistiendo la primera en adquirir aquellos que son propiedad de empresas de confianza que proporcionan un periodo de garantía y de vicios ocultos para la tranquilidad del comprador.

Por otra parte, también tratan de encontrar las embarcaciones que no han permanecido en el agua durante el transcurso de cada año, sino que tras los meses de verano se han preservado invernando los barcos hasta la próxima temporada. De esta manera se aseguran de que el mencionado medio no habrá deteriorado en demasía el conjunto.

Más allá de los gastos de mantenimiento que no son evitables por muy bien cuidada que haya estado la barca en cuestión surge otro desembolso considerable: el alquiler del amarre. Y es que si la embarcación va a ser utilizada con una mínima regularidad es fundamental disponer de la misma en el agua para tener un acceso rápido e inmediato a la misma sin todo el ajetreo que supone el caso contrario.

Los precios varían en función de la zona, pero lo cierto es que en la mayoría de casos rondan unos costes de mil euros anuales. Dicha cifra puede verse incrementada decantándose por amarres que disponen de servicios adicionales como luz, agua y seguridad. A su vez, es reducible optando por aquellas plazas de difícil maniobra que suelen tener una escasa demanda por las dificultades surgidas a la hora de atracar y desatracar la embarcación sobretodo en días de viento.

Otro gasto que hay que sumar a la lista es la del combustible. Lógicamente el mismo dependerá de la distancia recorrida en las salidas y de la frecuencia con la que sean realizadas, pero habiéndose decantado previamente por un barco con motor de cuatro tiempos el número de euros a invertir en este aspecto es bastante inferior.

Uno de los últimos gastos a afrontar es el del seguro. A día de hoy la gran mayoría de usuarios que destinan sus ahorros a la adquisición de una embarcación de segunda mano optan por contratar un seguro a terceros cuyo precio puede ser inferior a los cien euros al año. Por otra parte, aquellos que cubren todos los riesgos acostumbran a ser omitidos por dichos propietarios, siendo recomendables básicamente para las barcas recién salidas de fábrica.

Teniendo en cuenta todo lo comentado hasta ahora, ¿resulta excesivamente caro tener un barco? La cifra inicial sumando la unidad de ocasión y la licencia de navegación puede rondar los 2.500 euros si no se tiene en demasiada consideración la antigüedad del barco, por lo que la respuesta es rotundamente negativa en lo que a la simple posesión del vehículo acuático se refiere. Sin embargo, regularmente se debe hacer frente a mantenimientos, amarre, seguro y combustible, unos números que perfectamente pueden superar los 2.000 euros al año.

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