Entre tanto ha habido: intimidaciones –auténticos escraches- en los edificios institucionales contra políticos y jueces, incluido el Tribunal Superior de Justicia; cristales rotos en los vehículos de la Guadia Civil; sacada de colegiales a las manifestaciones en el más vivo estilo hitleriano; pintadas amenazantes en el establecimiento comercial de los padres del líder de Ciudadanos… ¿quieren más ejemplos?
Los aprendices de brujo creen que todo va a ir bien ante la paciencia de la razón, la legalidad y la Constitución, hasta que la maquinaria de una democracia se pone en pie contra la insensatez. Sr. Pugidemont, sus twiters a favor de la tranquilidad en las manifestaciones no convencen a nadie, ni siquiera a los suyos.