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Reflexiones

Tres Veces Veinticinco

Por Vicente M. González

viernes 15 de septiembre de 2017, 17:02h

15SEP17 – MADRID.- Cuando nací, me educaron para que respetara y la amara, la naturaleza, también a la vida pues es maravillosa. La naturaleza es muy sabia pero no perfecta, a veces nos quejamos con frases como: ¡Que vida esta! Siempre porque no la hemos obedecido y hemos continuado adelante, pero de irregular grado, cuando está por delante lo que queda de ella, lo mejor.

Vida, donde queda tu sabiduría, yo no la encuentro. La perfección queda en los libros que no tuve acceso. Presentaste ante mí un futuro duro e incierto. Desde la infancia me quejo y protesto, envolviste mi suplica en el viento y marcho enrolado con el mar a otro puerto. ¡Mi angustia quedo perdida en el desierto!

Sacrificada en el deber, generosa en complacer, resignada en la atención a los semejantes, fue cuando crecí de cuerpo y sentimiento.

Restringida en los placeres terrenales, el dulce sentimiento abarca a los espirituales para complacer a mis iguales. Salmos complacidos para los míos que de las entrañas nacieron complaciendo mi ego, ayudando a generar bien por el actual mundo corrompido de valores.

El amor es un sentimiento, que aún me perdura, cada día con más dudas hasta desear amargura de engaño que tengo.

La juventud pasada son paginas indeseadas por la esclavitud que se me antoja no ser recordada, a un gesto ingrato, a una mano alzada siempre se responde con una sonrisa que en la oscuridad de la noche le presento a mi almohada.

Tanto amor y cariño entregado y repartido a afectos y desconocidos, y nunca de la vida ha recibió gesto de agrado.

¡VIDA! Vuelve a mí, te espero. Si lo haces, te prometo que ya no hierro.

Vida, te has engañado tu misma al ofrecer. Un hijo es mucho, desaparece en el monte exclamando su fe, pero nadie, nadie dio razón de él. La madre pierde casi la vida solo en el recuerdo ¿Y por qué?

Dos hijos quitan la fe, te los llevaste, la ausencia la convierte en otro ser a esta humilde mujer.

TRES VECES VEINTICINCO (II)

La vida que me han asignado no corresponde a mí, considero injusto trato. Linda en lo básico, pésima en el amparo por día vivido, abuso por descanso, noche de castigo agotador, por sufrimiento la rechazo. No lo aceptan las personas que con ellas comparto, migajas de amor desesperado. La sabiduría de la vida marchó de mi lado dejándome mucho sufrimiento y trabajo, poco descanso, cuando sale el sol yo he terminado la tarea sin alivio. No enfrío el cuerpo porque si paro ya no arranco, otro me está esperando.

Miro en los libros, no recogen mi caso, tengo que luchar sola y abrirme paso dando baldazos, aquí allá, no encuentro otra vida, de mí se han olvidado. En algunos papeles se refiere al obligado descanso, cuando yo los miro siempre están en blanco. Hoy tengo la salud desplomada por el barranco, las heridas del corazón agotando el ánimo, el niño de pocos meses caído por desmayo, necesita leche, alimento hay que parar su llanto. Paso páginas y páginas del libro y solución no hallo. Quiero y no puedo contarlo.

Señor que manejas la vida, pobre de mí, cuanto me has ignorado. Nunca te ofendí, no paso día que no te haya rezado, solo te pedí matar el hambre para mis muchachos, y me respondes que llevándote uno para no ser tantos. Tuvo que ser el fatídico VEINTICINCO de hace …… preciso no recordarlo.

Sufrida mujer, solo sabe de olvido, penas, desamor y llanto. ¡Alguien tiene un consuelo, que lo comparta como buen cristiano!

TRES VECES VEINTICINCO (III)

En el granero de la vida se encuentra lo bueno y lo malo, a veces mal repartido y con exceso de daño, sobre todo en personas débiles pero buenas sin fuerza para protestar la causa del llamado reclamo y casi como limosna pedir vida sin amo, con amor de confianza y sano.

Aportando a la vida sabia nueva, hembras y varones del nuevo año. Te pido vida seas más generosa por la facultad que te confiere hagas un ecuánime reparto. Por los dos casos anteriores y semejantes, siendo este perjudicado moral y psicológicamente También tengo que decirte que conmigo te has olvidado, tu sabes lo que yo te amo, y en memoria de estas mujeres te recuerdo: VEINTICINCO yo también encajo.

(Madrid, 13 septiembre 2017)

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