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Fiscalía se querella contra Gobierno catalán y presidenta del Parlamento
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Fiscalía se querella contra Gobierno catalán y presidenta del Parlamento

La querella anunciada por el Fiscal general del Estado, José Manuel Maza, se formalizó ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña

sábado 09 de septiembre de 2017, 10:29h

09SEP17 – BARCELONA.- El organismo pidió el cierre de las páginas webs a través de las que se está impulsando y dando una apariencia de cobertura legal al referendo de independencia. Mientras tanto, ciudadanos tanto de Barcelona como de Madrid, ven con tristeza e incomprensión la decisión y otros apoyan, la defensa de la constitucionalidad esgrimida por el Gobierno español.

La Fiscalía también introdujo una querella contra la presidenta del Parlamento catalán, Carmen Forcadell y cuatro miembros que admitieron trámite. La Fiscalía Superior de Cataluña presentó hoy una querella contra el presidente del Gobierno catalán, Carles Puigdemont, y su Gobierno, así como contra la presidenta del Parlamento regional, Carme Forcadell, por desobediencia, prevaricación y malversación, un delito éste último que implica penas de prisión.

La querella, anunciada por el Fiscal general del Estado, José Manuel Maza, se formalizó ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Respecto al Ejecutivo catalán, el Ministerio Público se querella por la convocatoria del referéndum independentista del 1 de octubre, que el Tribunal Constitucional, ya dejó en suspenso de forma cautelar, al admitir a trámite los recursos presentados por el Gobierno español, informó Efe.

El Gobierno catalán en pleno firmó la convocatoria del citado referendo la noche de este miércoles, después que el Parlamento regional aprobara una ley que regula esta consulta, con el apoyo de la mayoría independentista de la Cámara, norma que también recurrió el Gobierno español ante el Tribunal Constitucional.

Además, la Fiscalía también introdujo una querrela contra la presidenta del Parlamento catalán, Carmen Forcadell, y los cuatro miembros de la Mesa (presidencia) que votaron admitir a trámite la ley del referendo por su contumaz y obstinada voluntad de incumplir los mandatos constitucionales. El Ministerio público les achaca también delitos de desobediencia grave cometida por autoridad pública, de prevaricación y malversación.

Asimismo, la Fiscalía pidió el cierre de las páginas webs a través de las que se está impulsando y dando una apariencia de cobertura legal al referéndum de independencia y que se aperciba a todos los medios de comunicación públicos y privados para que no inserten publicidad o propaganda sobre esa consulta.

Tristeza e incomprensión ciudadana ante el referendo

Mientras tanto, un muro de incomprensión se levanta estos días entre Barcelona y Madrid ante el referendo de independencia convocado en Cataluña. Entre tanto, habitantes de Madrid y su hermana mediterránea oscilan entre amargura y tristeza. Con una bandera de Cataluña pegada al casco, Joffre Vives aparca su moto junto a las ruinas de la Barcelona del siglo XVIII, un símbolo del independentismo de esta región nororiental.

Sus dirigentes acaban de convocar un referendo de autodeterminación para el 1 de octubre, combatido por el Ejecutivo español y declarado inconstitucional por la justicia. "No nos dejan otra opción", asegura este cerrajero de 40 años. A su lado se levantan las ruinas de la ciudad destruida tras su rendición ante las tropas del monarca español Felipe V tras la Guerra de Sucesión en que los catalanes se declararon fieles a otro rey.

Escondidas durante siglos bajo un mercado, se recuperaron en 2014, coincidiendo con el tricentenario de los hechos en plena exaltación separatista. "La incomprensión viene de lejos. No se esfuerzan en entendernos. Cualquier cosa que hacemos aquí la demonizan", añade.

"Mira con los toros. Las corridas se prohibieron en las Canarias (archipiélago español en el Atlántico) y no pasó nada. Cuando lo hicimos aquí, fue un gran escándalo, un ataque a España", se lamenta. Unos metros más allá, mientras apura un cigarro, Daniel Blanquer tampoco se muestra muy optimista. "El diálogo ya no sirve para nada. Nos tratan de golpistas y sólo queremos votar en un referendo. Sólo nos queda tirar para adelante, tensar la cuerda aunque ellos tampoco cederán", dice este arquitecto de 48 años.

Rabia en Madrid

A unos 625 kilómetros, a dos horas y media en tren, las visiones no difieren demasiado, aunque en sentido opuesto. Alicia Heras pasea por una tranquila plaza del barrio madrileño de las Cortes, donde se erige el Congreso de los Diputados desde 1843. "Creo que los catalanes están haciendo el ridículo", estima, esta costurera jubilada de 63 años que recalca, en la misma línea del discurso del Gobierno español, que "la Constitución está para seguirla" y que un eventual referendo acordado debería ser "para todos los españoles".

"Me daría mucha rabia que se fueran, porque todos les hemos ayudado mucho a conseguir lo que tienen ahora", caminando hacia el Paseo del Prado, que alberga el museo homónimo donde conviven pinturas de maestros catalanes como Rusiñol y Prats con genios españoles como Goya o Velázquez.

Antonio Palomares se dirige a casa tras una larga jornada de trabajo. "El gobierno catalán se quiere independizar sin contar con nadie, incluso con muchos de los catalanes que viven allí", afirma este ingeniero en informática de 44 años. Tampoco todo es complacencia en Barcelona. "Veo el panorama político y me decepciona. Solo van al choque y no piensan en políticas para unir a la población", dice Pilar Reig, de 48 años.

"Nunca me han gustado las fronteras, las divisiones. Ahora Cataluña se independiza. ¿Y si luego lo hace el Valle de Aranâ, un pequeño valle al norte de esta región con idioma y cultura propios? Si vas poniendo fronteras y fronteras y más fronteras, al final te quedas solo".

Vivir en paz

La convocatoria del referéndum por parte del ejecutivo regional coincidió con el 65º cumpleaños de la madrileña Francisca González de la Vega, una jubilada de intensos ojos azules y procedente de la industria química. Frente a los imponentes leones de bronce del Congreso de los Diputados, cuenta que lo vivió "con tristeza, con mucho interés y desesperada".

Para esta habitante del castizo barrio de Lavapiés, el gobierno de Mariano Rajoy debería dar a la gente la oportunidad de expresarse. "Cataluña quiere marcharse de España porque es adulta y, ante la corrupción masiva que tenemos en España, es normal que quiera marcharse", apunta.

Y ante este descontento, Francisca afirma tener una solución: "Invitar a los catalanes a que vengan a Madrid, y tener las calles de Madrid llenas de banderas catalanas, invitarles a que vean que queremos lo mismo, que queremos vivir en paz, en tranquilidad, en armonía".

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