Castillo de los Templarios en Ponferrada

Del rico patrimonio cultural y arquitectónico sobresale, sin duda, el Castillo de los Templarios, que se encuentra situado sobre un talud vertical junto el río Sil, que sirve de defensa natural, y circunvalado por un foso en la parte orientada hacia el caso urbano.

El hoy llamado castillo templario se emplaza en lo que, probablemente, en origen fue un castro celta, en una posición similar a la de otros de El Bierzo. Posteriormente se cree que fue un emplazamiento romano y visigodo. Cuando en 1178 para a depender de la Orden del Templo por donación de Fernando II, los templarios disponen de una pequeña fortaleza, que van ampliando y mejorando hasta que en 1312 se disolvió la orden. La edificación va pasando, después, por diversos propietarios como la corona de León, los señores de Lemos y la familia de Los Castros, hasta que el Marqués de Villafranca le compra en 1.486.

El castillo que hoy conocemos no es un edificio único, sino que está configurado por el propio castillo, el llamado Castillo Viejo, un recinto amurallado con sus barreras y un palacio renacentista.

A partir de 1850 comenzó un periodo de fuerte declive para el castillo: el Ayuntamiento vende los muros, utiliza sus piedras para construir unas cuadras públicas y un mercado adosados a las murallas, arrienda el interior como zona de pastos, e incluso permite su explanación para ubicar un campo de fútbol, en cuyos terrenos comenzó a jugar la Ponferradina. Por fin en 1924 se le concede el rango de Monumento Nacional, con lo que se frena el deterioro.

En la altiva Torre del Homenaje se conserva un salmo en latín que dice: “Si el señor no protege la ciudad, en vano vigila quien la guarda”. Pensamiento inspirado en la filosofía del Temple, cuya leyenda envuelve aún hoy la que fuera su fortaleza.

En el recinto del Castillo, con forma de polígono irregular, se distinguen dos partes diferenciadas: la parte norte, del siglo XII, y el resto, construido a lo largo del siglo XV, con algunas obras realizadas en los siglos XIX y XX. La fachada noroeste constituye un parapeto corrido que termina en la torre del Moclín, de planta hexagonal irregular. Bajo él se abría una nueva ronda que defendía el subterráneo que unía el castillo con un aljibe, situado en una torre albarrana.

La portada principal, de mampostería, está compuesta por dos torreones que flanquean un amplio arco de medio punto. Tras este arco se alzaban las puertas de acceso al patio en el que, a la izquierda, se sitúa la Torre del Homenaje, desde la que se accede a la patio de armas, hoy cubierto de escombros.

Antes de entrar en el patio hay un recinto defensivo que conduce a la torre Cabrera, situada al sur y comunicada con la primera línea defensiva del lado este, en cuyo punto medio se alza una torre semicircular, destinada a calabozos y a la comunicación con la segunda línea de defensa. El paramento continúa hacia el norte, encontrándose otra torre cuadrada, antes de acceder a la torre de Malvecino, del siglo XV.

En las actuales dependencias el visitante puede ver hoy la exposición bibliográfica “Templum Libri”, una de las más importantes en su género, y la Torre de Moclín, que acoge una colección de las vestimentas medievales.

El primer fin de semana del mes de julio se desarrolla en la ciudad la “Noche Templaria”, con una recreación en la que se une la leyenda, la historia, el patrimonio y la cultura. También conocida como “Primera luz el verano” da la posibilidad a los turistas de vestirse de templarios. Se cierra el festejo con un gran desfile en el que se portan los objetos hallados en Jerusalén del arca y el santo grial.

No hay duda que el castillo es la joya monumental de Ponferrada, pero en este enclave leonés, también, hay que ver el Museo del Bierzo asentado en el solar que fue ayuntamiento, vivienda del corregidor y cárcel de la villa. Otro de los muesos que son de obligada visita son el de la radio, que recoge más de 200 receptores del periodista natural del lugar Luis del Olmo. Asentado en l “Casa de los Escudos” ofrece la posibilidad de conocer la historia de la radio en España.

El Museo Nacional de la Energía, que ocupa las instalaciones de la antigua fábrica de luz, pretende convertirse en un espacio de referencia en el campo de la divulgación científica y el ocio cultural.

En la antigua iglesia de San Antonio se ubica el Museo de las Cofradías de Semana Santa que recoge la larga tradición de la pasión vivida durante cinco siglos por los ponferradinos.

Y, por supuesto, el que llega a esta ciudad debe conocer, además, el Museo del Ferrocarril, con su colección de locomotoras situadas por fechas de fabricación en la vieja estación.