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Los partidos temen que la abstención se convierta en su gran rival el 26-J

Todas las formaciones asumen que el hastío de los ciudadanos se traducirá en las urnas. La baja movilización penaliza a la izquierda, pero también puede frustrar los pactos del PP.

martes 03 de mayo de 2016, 01:18h
Rajoy, este 2 de mayo
Rajoy, este 2 de mayo

03MAY-16.- Laprimera legislatura fallida de la democracia, que se cerrará esta medianoche, deja un escenario político si cabe aún más incierto que el de hace cuatro meses. Los partidos se enfrentan el 26-J al veredicto de unas urnas quese prevén muy críticas:no sólo por el posible trasvase de voto entre unas formaciones y otras, sino también por una abstención que se anticipa elevada.

A pesar de la intensidad de la campaña, el desgaste del partido en el poder y el nuevo mensaje del cambio la movilización del electorado, la participación el 20-D no fue tan alta como la esperada. Un 69'67%, muy lejos de cifras como el80% de las generales de 1982, que iniciaron las cuatro legislaturas de Felipe González.

Ahora, los partidos, especialmente la izquierda, temen que una alta abstención, lastre sus resultados electorales. Tradicionalmente se ha vinculado una mayor participación a mejores datos electorales para estas formaciones, debido a que el PP cuenta, en este sentido, con votantes más 'fieles' con las urnas. La tesis viene avalada por la serie histórica de elecciones: a excepción de los comicios de 1996, que dieron el poder a Aznar,las cifras de más alta participación se corresponden con victorias socialistas.

Hasta 5 puntos más de abstención

De acuerdo a la última encuestra de Metroscopia para El País, la abstención podría ser de más de3 puntos sobre la del 20-D. En algunos partidos se trabaja con datos de hasta 5 puntos. En el incierto panorama político, hasta el mínimo dato puede alterar el tablero. Para el PP, que aspira a sumar entre 5 y 7 escaños en los próximos comicios, la desmovilización tiene también un efecto claro:la política de pactos quedará también alterada.

En la dirección socialista se marcan los actuales 90 escaños como umbral de éxito-fracaso. Un resultado que representa, paradójicamente, el peor resultado histórico del partido. La propia supervivencia de Pedro Sánchez dependerá de lo que ese 26-J salga de las urnas. La noche del 20-D una sensación de relativo alivio corrió por Ferraz:la aritmética no hacía imposible el pacto.

Los meses siguientes demostraron, en cambio, que las sumas no siempre salen. Por ello, la confianza en la negociación no es ahora excusa. “El PSOE sale a ganar”, insiste Susana Díaz cuando se le pregunta qué resultado habría de entender Sánchez como una guillotina.

El PSOE rompe el pacto con Ciudadanos

La confluencia entre Podemos e IU es el único cambio en el actual escenario electoral en relación al de hace cinco meses, y de ella depende también el futuro del PSOE. Si la suma 'valenciana' resulta posible, es más probable que los críticos con Sánchez por intentar el gobierno con Podemos relajen su veto y permitan un gobierno de izquierdas. El socialista ya advirtió este sábado a sus barones, reunidos en el Comité Federal, que el único pacto que descarta es el'gobierno de gran coalición', con el PP.

En el PSOE se han afanado a romper el pacto conCiudadanos, sin esperar siquiera a la disolución de las Cortes. Se considera que podría ser un lastre para la nueva campaña, una vez que desde Podemos se podría emplear para 'derechizar' a los socialistas.

No obstante, se asume también con incertidumbre cuánto puede penalizar ese acuerdo en las urnas. Bien por parte de electorado que, decepcionado por el fracaso del gobierno de izquierdas, se decante por Podemos. Bien, porque el conocido como 'pacto de El Abrazo' haya permitido a Ciudadanos posicionarse en un espectro ideológico, el de la izquierda, que antes del 20-D le resultaba prácticamente estéril. Afines a Sánchez quitan importancia a ambas posibilidades, aunque otros cargos socialistas dan ambas opciones como válidas.

La abstención, enemigo también para los emergentes

La abstención podría también impactar en los emergentes, ya que es el electorado más joven el más crítico con las urnas. En Ciudadanos se teme también la reacción del votante popular que en su día confió en ellos como alternativa y que se siente ahora defraudado por el entendimiento con el PSOE.

En Podemos, las negociaciones con Izquierda Unida para buscar un acuerdo electoral siguen en marcha, aún sin definir las cuestiones más conflictivas, entre ellas las listas.

La formación de Iglesias ve en esta colaboración una forma de penetrar en zonas que se le vienen resistiendo, como las rurales, donde IU lleva décadas de adelanto. La suma, en cambio, como también sostiene el número dos, Íñigo Errejón, no debe entenderse en términos absolutos. Nada garantiza que el electorado de los republicanos no penalice este acuerdo y, sin alternativa, no acuda a votar.

Podemos busca contrarrestar ese posible efecto ampliando ese acuerdo a otras formaciones de izquierda, como varios nacionalistas autonómicos. Esa colaboración electoral habrá de superar no obstante la defensa de identidad de cada uno de estos partidos, incluso campañas por separado.

Fuente: Lainformacion.com - POR LUZ SELA - 03/05/2016

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