Los expertos de la aviación civil francesa encargados de la investigación sobre el accidente de Germanwings, que provocó 150 muertos el 24 de marzo de 2015 al sur de los Alpes franceses, han recomendado reforzar el control médico y psicológico a los pilotos.
Es la principal conclusión del informe hecho público hoy en una rueda de prensa en Bourget, cerca de Paris, que confirma además de forma definitiva que el accidente fue provocado "de forma consciente" por el copiloto del aparato, Andreas Lubitz, que padecía problemas psiquiátricos.
Los investigadores han revelado que dos semanas antes de la tragedia, un médico había determinado que el piloto debía recibir un tratamiento psiquiátrico. Pese a ello, la compañía desconocía el estado de su enfermedad, por la que ya había recibido atención previa. En su informe definitivo, la Oficina de Investigación y Análisis para la Seguridad de la Aviación Civil de Francia indicó que Lubitz había comenzado a exhibir, en diciembre de 2014, síntomas consistentes con un "episodio psicótico-depresivo", que consultó con diversos médicos, ninguno de los cuales advirtió en un primer momento de su situación a las autoridades.Los fiscales han hallado pruebas de que Lubitz, que también padecía problemas de visión y temía perder su empleo, había investigado métodos de suicidio y ocultado su enfermedad a sus superiores.
Los investigadores han llamado la atención sobre la necesidad de que los médicos pongan en conocimiento de las autoridades si sus pacientes padecen alguna enfermedad que pueda suponer un riesgo para la salud pública.
En el caso de Lubitz, el informe concluye que los facultativos no informaron de estos problemas de salud haciendo valer el secreto médico.
“No se trata de poner en duda el principio del secreto médico. Ese principio es clave para garantizar la confianza entre médico y paciente, pero hace falta tener reglas más claras para ver cuándo es necesario romper el secreto médico para preservar la seguridad pública, sobre todo en caso de pilotos”, han declarado.
Los investigadores han anunciado que trasladarán a las autoridades competentes la necesidad de que las normas de seguridad sean más claras. “Esos médicos tienen que poder romper el secreto médico ante un tribunal por el bien de la seguridad pública”.
Certificados más frecuentes
La segunda recomendación afecta a la revisión de los certificados de evaluación psicológica de los pilotos, que, según la legislación internacional, se realiza de forma anual, bajo la supervisión de un profesional que no tiene por qué ser un psicólogo.
Los investigadores consideran necesario que, en el caso de pilotos con problemas de salud mental previos, los certificados de validación de vuelo deben tener una duración más limitada y que los exámenes sean supervisados por psiquiatras.
Advierten, no obstante, que estas recomendaciones podría hacer que los pilotos ocultasen sus problemas médicos y evitasen incluso acudir a consulta. En estos casos, aconsejan que su entorno ponga en conocimiento de las autoridades y las compañías cualquier indicio sospechoso de enfermedad.
Ensayó cómo estrellar el avión
El informe confirma también que Lubitz ensayó previamente cómo estrellar el aparato. En concreto, según la Oficina de Investigación francesa, realizó ya maniobras similares de descenso de altitud en el vuelo anterior entre Dusseldorf y Barcelona.
"El vuelo empezó a descender pero no hubo consecuencias", han concluido los expertos.
El 24 de marzo de 2015, Andreas Lubitz, copiloto del vuelo GWI18G Barcelona-Dusseldorf de Germanwings, filial de bajo coste de la compañía alemana Lufthansa, aprovechó la ausencia temporal del piloto de la cabina para encerrarse en ella e iniciar un descenso del Airbus, media hora después del despegue. El avión, que transportaba a 144 pasajeros y seis miembros de la tripulación, se estrelló diez minutos después en el sur de los Alpes franceses.
FUENTE: LAINFORMACION.COM - POR LUZ SELA - 14/03/2016
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