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Porto Belo, Brasil desconocido.

Por Javier Franco Rubio – (Miembro de FEPET)

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h
La noche en Porto Belo, cafés y música en directo.
La noche en Porto Belo, cafés y música en directo.

Porto Belo, es una encantadora ciudad situada en el sur de Brasil, que encierra todos los atractivos que busca la mayoría de los turistas: un entorno privilegiado, una espléndida bahía que penetra suavemente en la tierra, un istmo y una inmensa isla, la isla de Porto Belo que le protege de las tormentas, tempestades marinas, y de ataques de piratas en el pasado.

Fiesta de la cerveza en Blumenau, octoberfest brasileño.
Fiesta de la cerveza en Blumenau, octoberfest brasileño.
Plato de mariscos variados de la gastronomía local de Porto Belo.
Plato de mariscos variados de la gastronomía local de Porto Belo.

Una vegetación casi tropical, que inunda de zonas verdes su territorio, unas playas de fina arena y transparentes aguas que se puede disfrutar en cualquier época del año. Su temperatura media está en los 25 grados, unido a unas amables y hospitalarias gentes que hacen que cualquier visitante o turista se encuentre encantado aquí. Y la atracción principal de Porto Belo es la sensación de tranquilidad que transmiten las aguas siempre plácidas y calmas de su bahía y su  contemplación al amanecer o a la puesta del sol.

Porto Belo es sinónimo de calma y tranquilidad, lejos del bullicio que ofrece otros destinos turísticos.

Porto Belo, se encuentra en la zona sur de Brasil en el estado de Santa Catarina, un extenso estado brasileño que hace frontera con Argentina, cerca de Uruguay y una extensa costa atlántica con ciudades y playas con increíbles atractivos para el turismo.

El estado Catarina está poblado por unos 6 millones de habitantes y posee uno de los índices de crecimiento más alto de todo Brasil. La capital, Florianópolis,  está a 70 kms de Porto Belo.

Porto Belo, fue colonizada en el siglo XVIII por marinos portugueses que se establecieron en estos bellos parajes y cuya bahía era un autentico refugio para sus embarcaciones ante los ataques de los barcos piratas que saqueaban las costas y rutas atlánticas.

La pesca de la ballena fue una de las actividades económicas de los primeros pobladores y la comercialización del aceite de las ballenas, su manera de subsistencia.

Esta huella colonial con aire de las islas Azores, se ha transmitido en el tiempo, en el modo de pescar y en el de hablar de sus gentes.

Porto Belo sigue siendo a día de hoy, una pequeña ciudad de pescadores con una población de 16.000 habitantes, que en temporada alta llega los 150.000 visitantes y turistas. El encanto de su privilegiada situación y sus atractivos paisajes se unen las posibilidades de disfrute de sus playas, los paseos en barco, la práctica de deportes náuticos como la vela, el esquí acuático, el kayak y los pequeños recorridos por su isla del mismo nombre, la cual está a escasos minutos del puerto(a 900 metros), y ofrece sus espectaculares playas de blancas arenas, así como unos senderos por el interior de la isla al tiempo que se disfruta de su flora y la fauna.

Ofrece unas esplendidas vistas al océano, en su costa Verde y descubrir una piedra gigante que tiene inscripciones en ella de más de 4.000 años.

En la Bahía se pueden observar innumerables jaulas sumergidas en el mar en las cuales los pescadores cultivan los moluscos llamados “vieiras”, muy apreciadas por chefs a nivel internacional y que se pueden degustar en los restaurantes del centro de la ciudad.

En las playas junto a la Isla han proliferado numerosos bares flotantes a los que sólo se puede acceder por mar, nadando o en barco, para disfrutar de una cerveza fría, una caipirinha, o un zumo de frutas tropicales.

 Hay cada día  excursiones en “barcos pirata”, desde el embarcadero, para recorrer los alrededores, la isla, las playas, lanzarse al mar,  disfrutar del paisaje y de un sol radiante.

El encanto de Porto Belo es su paisaje y su tranquilidad, aunque también hay lugares que merece visitarse como la iglesia más antigua, llamada del Buen Señor de los Afligidos, construida por esclavos en 1814, también se pueden visitar los alambiques como el de Pedro Alemao, que produce variadas bebidas y licores, sobre todo “la cachaça” y el más famoso agua quemá de Porto Belo.

Por la noche en los alrededores del Puerto, las numerosas tabernas y cafés con terraza y música en directo se llena de jóvenes y adultos para disfrutar del baile y el ambiente nocturno de una ciudad festiva.

Desde Porto Belo, podemos aprovechar para visitar las ciudades más cercanas como:

 Florianópolis, la capital del estado Catarina, con cerca de medio millón de habitantes. La ciudad está dividida en dos mitades, una que ocupa la isla del mismo nombre y la otra en tierra firme, unida por un amplio puente que soporta un continuo tráfico en ambas direcciones.

Florianópolis, tiene más de 40 playas algunas vírgenes y dos grandes lagos, uno de agua dulce y otro salado.

Camboriú, a 32 kilómetros, de Porto Belo, ciudad Balneario, fue planificada por el Gobierno brasileño en los años 60-70 para ser un destino turístico de grandes dimensiones, está conectada por amplia autopista y aeropuerto.

Su amplia bahía está jalonada de rascacielos grandiosos y edificios de cristal, de apartamentos y casas de vacaciones. La población de 70.000 habitantes, alcanza el medio millón en temporada alta, los meses de enero y febrero, que  son el verano austral, tiene un magnifico clima templado con calor en primavera-verano y un invierno suave.

Recomendamos que no deje de subir al teleférico del parque “Unipraias”,

En sus 47 “ bondinhos”-cabinas-, transporta hasta 6 personas en cada uno y conecta la Avenida Atlántica con la playa Laranjeiras, el viaje dura poco más de 10 minutos, pero sólo por contemplar las espectaculares vistas de toda la bahía, la playa y el paseo marítimo con sus rascacielos. Hay una parada intermedia en el Morro-la montaña- donde se disfruta de un mirador, un parque ambiental y la playa Laranjeiras al otro lado de la montaña con arena excepcional y muchas terrazas, bares y restaurantes junto a la misma playa, que tiene una extensión de casi un kilómetro. Esta playa tiene el privilegio de haberse encontrado en ella fósiles de más de 3.000 años de antigüedad.

Camboriú tiene un paseo marítimo de 7 kilómetros, donde se aprecia toda la belleza de su bahía, el paseo está repleto de locales de ocio, de cafeterías  restaurantes y kioscos para degustar los platos típicos del lugar, un refresco o una cerveza fría a orillas del mar.

Blumenau, a 96 kms de Porto Belo, por rápida autovía, esta ciudad es muy especial y diferente al resto del país, ya que su conjunto arquitectónico y las costumbres de los lugareños se apartan de la herencia portuguesa del resto del Brasil. La explicación es su fundador, el medico alemán Bruno Blumenau, que llegó a este lugar en un vapor, en 1.850, junto a 17 colonos alemanes y sus familias, con el propósito de establecerse aquí a orillas del río Itajai y fundar la ciudad. Es por ello que sus primeras edificaciones son de estilo tradicional alemán, muchas de las cuales se han conservado en el casco antiguo, algunas como museo, como la casa del fundador, de su familia más cercana, sus muebles y vestimentas se han conservado y podemos examinar en el museo.

La tradición cervecera alemana tuvo aquí una de sus primeras fábricas que hoy se conserva como museo en el centro de la ciudad, recibiendo cada día a los turistas con trajes típicos y música tradicional.

Blumenau tiene hoy numerosas fábricas de cerveza que se beben en todo el país y aquí se ha instituido una importante celebración anual que es el “Oktoberfest”, la famosa fiesta de la cerveza inspirada en la de Munich, y que se celebra cada octubre desde 1984, la cual dura 17 días con desfiles de carrozas alegóricas, degustaciones, comida típica, música durante más de 450 horas ininterrumpida, y que atraen a personas de todos los lugares, en estos 22 años  que se lleva celebrando, Blumenau ha recibido más de 15 millones de visitantes.

Blumenau tiene un parque temático llamado “Villa Germania”, donde se reproduce una autentica ciudad alemana, sus construcciones al estilo germánico, sus tiendas de souvenirs, sus tabernas y restaurantes de comida al estilo alemán, es además de atraer a los turistas una forma de mantener vivo el espíritu de sus fundadores, hace 150 años.

La gastronomía en Brasil

En Porto Belo y las ciudades mencionadas,  los platos típicos  están basados en preparaciones de pescados y mariscos, especialmente el cocido.

 Los langostinos, son muy abundantes y se cocinan los mariscos a la plancha o con salsas muy condimentadas.

Y  la sopa de cangrejo, que es muy apreciada, se prepara siempre acompañada con la harina de yuca.

Direcciones de Interés:

Prefeitura Porto Belo. www.portobelo.sc.gov.br

Turismo de Santa Catarina: www.santacatarinaturismo.com.br

Turismo de Brasil-Embratur: www.embratur.gov.br

Embajada de Brasil en España: www.brasil.es

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Javier Franco Rubio, es miembro de la Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo. (FEPET)

 

Una de las playas de Florianopolis
Una de las playas de Florianopolis
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