Bodega Quinta de la Quietud

Escribí de los vinos de Quinta de la Quietud, en diferente medio en el que hoy lo hago, y verdaderamente me reafirmo en lo que entonces advertí sobre el giro copernicano que se había operado en una mayoría de vinos de Toro. Las nuevas bodegas de la D.O Toro, como esta de Quinta de la Quietud, habían dejado atrás años de rusticidad, contundencia y alta graduación, para elaborar vinos delicados, amables y complejos, con ese formidable tempranillo - expresión sublime de un terroir -, que en la zona denominan tinta de toro. Quinta de la Quietud posee viñedos en propiedad plantados entre los 665 y 700 metros de altitud. Influenciados por un clima extremo, continental-atlántico con suelos pobres y profundos de composición franco-arcillo-arenosa, y arenosa-franca. Todos ellos se cultivan de forma ecológica certificada, y son abonados de forma natural con estiércol de diferente procedencia animal. La vendimia es manual y el fruto se transporta a bodega, con premura, en cajas de 20 Kg; tras la selección de la uva, la vinificación se hace con los métodos más modernos, y la crianza tiene lugar en barricas de roble francés antes de madurar en botellero el tiempo necesario. Imposible, retener en mi memoria olfativa y gustativa, la cata que años atrás hice de los tres tintos que elabora Quinta de la Quietud (hoy como ayer, vinificados al ciento por ciento con la variedad tinta de toro), pero echo mano de las notas que conservo, y tanto aquellos vinos, como los actuales, están concebidos de forma similar interpretando a la perfección el fabuloso varietal del que proceden, elaborados con un concepto moderno, como demandan desde hace tiempo consumidor y mercado; aquellos primeros, como los actuales, vinos hechos con la excepcional tinta de toro, que es santo y seña de los tintos Quinta de la Quietud:

Corral de Campanas 2015, D.O. Toro, 100% Tinta de Toro. Se puede afirmar que es el vino más conocido de la bodega por su excelente relación precio-calidad. Este vino de media crianza mantiene toda la fruta y el carácter varietal de procedencia. Quinta Quietud 2013, D.O Toro, 100% Tinta de Toro. Es un salto de calidad y complejidad en el portafolio de los vinos de la bodega. Sin desmerecer lo apuntado sobre su hermano pequeño, este tinto 2013 de Quinta Quietud, es prototipo de una moderna concepción de los nuevos vinos de tinta de toro: potente, largo y elegante. La Mula de la Quietud 2016, D.O Toro, 100% Tinta de Toro. Hoy, como ayer, es una de las mejores elaboraciones que he tenido ocasión de probar de vinos tintos toresanos. Excelente este autentico Toro Bravo 2016. Vino de guarda, elaborado con los frutos que ofrecen un par de viñedos de viñas viejas de tinta de toro, de muy escaso rendimiento, que alcanzan casi un siglo de edad. El roble nuevo francés
 lo acuna algo más de año y medio para conformar el carácter de este tinto diferente… Lo cubre un buen corcho, y si tiene paciencia lo podría tomar, todavía más redondo, un quinquenio más tarde… Y La Dulce Quietud, es el vino dulce de Quinta de la Quietud. Néctar ambarino, ensamblaje de uvas con un punto de pasificación de las variedades blancas albillo, malvasía, moscatel, palomino, y verdejo, criado en roble francés por espacio de un año. (Esta ambrosía escasa – escasísima -, es fruto, en gran medida, de la sabia intuición de los elaboradores de esta Casa, propiciada por la clarividencia de antiguos viticultores castellanos, que aprendieron a plantar algunas cepas blancas entre las viñas de castas tintas, para asegurarse la polinización de estas últimas, y de este modo favorecer una vendimia
fructífera y abundante)

(*) Segundo López Soria – [email protected]