Escribir te perpetúa... ¡Inténtalo!

24JUL23.- En numerosas ocasiones durante el ejercicio de mi profesión me han sucedido instancias distendidas que contribuyen a hacer más llevadero mi delicado y demandante trabajo de ser pediatra. Muchas de estas experiencias las conservo en mi bagaje emocional, como alicientes para enfrentar cada nuevo día con optimismo y buena disposición laboral.

07JUL23.- Atendiendo a unos hermanitos se entabló un simpático diálogo con sus padres.

-(Papá) ¿Usted también trabaja en otra consulta doctor?

-Si, en 3 consultas.

-¿Y a qué horas descansa?

-Entre las 7 de la tarde y las 10 de la mañana del día siguiente (risas).

-Bueno, igual le queda poco tiempo.

-No. Juego tenis los miércoles y además escribo.

-No le creo. ¿Escribe?

-Si, hace unos meses salió mi sexto libro. Y soy corresponsal de un diario español desde hace 14 años.

-(Mamá) Doctor, a mí también me gusta escribir.

-¿Verdad? ¡Que bien!

-Comencé a escribir poesías a los 8 años.

-Yo soy editor de una sección literaria en ese diario. Te daré mi correo para que me envíes algunos escritos y los publicamos en España.

-Me encantaría. Nunca lo imaginé. Además el próximo mes nos vamos a vivir a España por un año.

Nos despedimos con una sensación especial. Aquella madre compartiría su atesorado talento.

No sólo de medicina hablo con mis pacientes.

03JUL23.- Atiendo a un pacientito de 4 años 3 meses y llega el momento en que me siento frente al escritorio para escribir la receta.

Mientras, el pequeño se queda sobre la camilla junto a su madre y jugando con la sabanilla de papel. Comienza a tirarla y al ir desenrollándola procede a hacer una gran bola, inutilizando por lo menos unos 8 metros. Al darme cuenta de eso, le digo:

-Mira lo que hiciste, rompiste el papel como de 5 enfermitos.

Le pregunta:

-¿Es verdad mamá?

-No mijito, no es así.

Intervengo:

-¿Cómo que no es así? ¡Sí es así! ¿Por qué le miente a su hijo? No se acostumbre a justificar las faltas de su pequeño. ¿No se da cuenta cómo está la sociedad…?

(Igual nos despedimos de beso).

28JUN23.- Termino de atender a un bebé de 1año 3 meses con bronquitis obstructiva. Al despedirnos, su madre me dice.

-¿No sé por qué le ha costado tanto salir de esta bronquitis? En la casa no hay otros niños chicos.

-¿Quiénes viven en la casa?

-Solamente mi mamá y yo.

-Ninguna fuma, me imagino.

-Sí, las dos.

-Espera… cierra la puerta. Devuélvete y toma asiento…

28JUN23.- Mientras atiendo a un pacientito, me comenta que en 5 días más cumple 8 años.
De pronto recuerdo que cuando viene se entretiene con algunos juguetes que tengo acá en la consulta. Y hay una especie de daga plástica con una empuñadura muy bonita, con la que siempre juega hasta el final y sólo al momento de despedirnos la vuelve a su lugar.
Después de atenderlo y cuando ya casi se retiraba le digo:
Espera, no te vayas, te voy a dar tu regalo de cumpleaños por adelantado…
La expresión de su rostro fue el regalo para mí.

28JUN23.- Atiendo a un antiguo pacientito de 10 años al que no veía desde hace un buen tiempo. Después del examen y las indicaciones de rigor a su madre, me despido enviándole saludos al papá, y el pequeño dice:
-¡Infórmese doctor! Mi papá nos abandonó hace más de un año. No hemos sabido nada de él. Ni llama para la casa. Dicen que tiene otra familia…
Niños… siempre niños.