"Fue realmente un derrocamiento por el ejército. No hubo ningún movimiento visible hasta que la operación fuera autorizada por el ejército", insistió este jueves Mugabe, en la entrevista difundida por el canal público sudafricano SABC.
"Debemos borrar esa vergüenza que nos hemos impuesto a nosotros mismos", prosiguió, sentado a un escritorio bajo su retrato y el de su mujer.
Tras 37 años de un poder total al frente de Zimbabue, Mugabe, que celebró sus 94 años el mes pasado, tuvo que dimitir el 21 de noviembre, después de perder el apoyo del ejército, de su partido, Zanu-PF, y de la población.
Días después lo sustituyó Emmerson Mnangagwa, su ex vice presidente al que había despedido poco antes siguiendo los consejos de su esposa Grace Mugabe, que no ocultaba su intención de suceder a Robert Mugabe en la presidencia.
A lo largo de su reinado, Mugabe se granjeó las críticas de las ONG de defensa de los derechos humanos y de su oposición, que lo acusaron de falsear sistemáticamente los resultados de las elecciones para permanecer en el poder.
Hasta la entrevista emitida este jueves, Mugabe había permanecido muy discreto, recluido en su residencia.