La celebración de los Juegos de Invierno en Corea del Sur ha permitido un acercamiento entre Seúl y Pyongyang, después de meses de agudas tensiones por los ensayos de misiles y el avance del programa nuclear del Norte.
Después de haber declinado durante meses las invitaciones de Corea del Sur para asistir a los Juegos, Kim Jong-un anunció un cambio de giro en su discurso de Año Nuevo, que permitió que sus atletas asistan al centro de esquí de PyeongChang, acompañados por sus animadoras y también por una delegación diplomática que incluyó a la hermana de Kim, Kim Yo-jong.
"Tras haber oído el informe de la delegación, Kim Jong-un expresó su satisfacción sobre su contenido y dijo que el Sur, que deparó una acogida especial para la delegación de Corea del Norte, era muy impresionante", afirmó KCNA.
Kim destacó los "esfuerzos sinceros" de Seúl, por los que se mostró agradecido, dijo KCNA.
El reporte no se refirió a la oferta de reunión entregada al presidente surcoreano Moon Jae-in a través de Kim Yo-jong. La disposición se presentó en una carta de su hermano entregada el sábado en la visita al Palacio Presidencial en Seúl en la que se invitaba a Moon a conversar en Pyongyang, abriendo el juego para la primera reunión de mandatarios coreanos en más de 10 años.
Las informaciones de KCNA sugieren que el líder norcoreano desea concretar este acercamiento, ya que Kim indicó que consideraba "importante continuar teniendo buenos resultados, animando aún más el cálido clima de reconciliación y de diálogo".
La agencia norcoreana dijo además que Kim "expuso en detalle la orientación de la mejora de las relaciones norte-sur y dio importantes instrucciones a los cuerpos pertinentes para que tomen medidas prácticas para esto", sin dar más detalles.